El domingo unas 14.000 personas salieron a la calle en Tokio contra la política militarista del primer ministro Shinzo Abe, la reapertura de las centrales nucleares y el plan de reubicación de las bases militares estadounidenses en Okinawa.
Los manifestantes se congregaron en el Parque Hibiya, donde el año pasado un hombre se prendió fuego para protestar contra el militarismo y el rearme. Después se dirigieron a la residencia oficial del primer ministro. Los participantes llevaban carteles que decían “No al gobierno de Abe”.
La manifestación, que fue organizada por grupos civiles opositores de las áreas metropolitanas de Tokio que están en contra de la energía nuclear, tuvieron lugar antes de las elecciones regionales del mes próximo.
El mitin tuvo lugar después de una ceremonia de graduación que se realizó en una universidad de defensa. Abe dijo en la ceremonia que el gobierno promoverá firmemente el rearme y criticó las opiniones de que la defensa colectiva arrastrará a Japón a una guerra.
El año pasado, por medio de una reinterpretación “creativa” de la Constitución, el gobierno de Abe autorizó a las Fuerzas de Autodefensa (FAD) del país a ejercer el derecho a la autodefensa colectiva. Además, el gobierno está acelerando la legislación correspondiente para enviar legalmente al extranjero a tropas de las FAD.
La Constitución japonesa prohíbe a las FAD participar en conflictos en el extranjero. El ajuste a la política de defensa es cuestionado ampliamente en Japón porque es contrario a la Constitución que renuncia a la guerra.
El grupo gobernante de Japón alcanzó el viernes un acuerdo formal sobre el proyecto de legislación de seguridad que expandirá enormemente la esfera de operaciones de las FAD en el extranjero. Así se prepara el camino para que el gobierno redacte una serie de iniciativas de ley de seguridad para llevar a cabo los cambios más drásticos a la postura de seguridad de posguerra de Japón.
Como el gobierno Abe se aferra a una política reaccionaria y de revisionismo histórico, el intento del primer ministro de modificar la política de defensa puramente defensiva ha saltado las alarmas entre los países vecinos, especialmente en China.