Los yihadistas sirios proponen a Trump ‘el acuerdo del siglo’

Arabia saudí ha aprovechado el viaje de Trump a Riad para arreglar una entrevista con el nuevo “señor de la guerra” de Siria, Ahmad Al Sharaa. La riendas de Damasco acaban en las manos de los países del Golfo, que son los que pagan las deudas y sostienen el aparato del Estado que los yihadistas quieren poner en pie.

Además, Siria necesita que Estados Unidos levante las sanciones para evitar que una catástrofe financiera pueda desintegrar el “califato de nuevo tipo” que se ha instalado en Damasco.

Desde que Sharaa llegó al poder en diciembre, los imperialistas han puesto en marcha una campaña de relaciones públicas destinada a convencer al mundo de las bondades del nuevo régimen para que le retiren las órdenes de busca y captura internacionales que aún tiene y que nunca han servido para nada: acaba de regresar de una visita a París, donde fue recibido por Macron.

El director de la Fuerza de Respuesta de Emergencia Siria, Muaz Mustafá, preparó la entrevista de su jefe Sharaa con Trump, e incluso dio una rueda de prensa el viernes en Washington, donde dijo que Trump era “un hombre de paz enviado por Dios”.

Si en lugar de Mustafá hubiera hablado Zelensky, los periodistas no habrían notado la diferencia. Un país destruido por la guerra es un gran negocio, sobre todo si tiene petróleo y unos amiguetes (Arabia saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos) con los bolsillos llenos de dinero. El Banco Mundial estima que el costo de reconstruir el país oscila entre 250.000 y 400.000 millones de dólares.

Mustafá dijo que Estados Unidos tenía una “oportunidad de oro” con el nuevo gobierno yihadista, que está abierto a hacer negocios con Washington. El delegado sirio tenía algo que vender: el supuesto apoyo de China y Rusia, que han ofrecido sustanciosos contratos para encargarse de la reconstrucción en el país, a cambio de las reservas de petróleo y gas. El delegado sirio llegó a mencionar a Huawei, el ogro que está dispuesto a reconstruir la infraestructura de telecomunicaciones. Pero nosotros “preferimos una asociación con Occidente“, dijo el yihadista.

Uno de los participantes en las reuniones fue el empresario estadounidense Jonathan Bass, quien declaró que AT&T fue mencionado explícitamente como “socio” por delante de Huawei.

Para evitar que los chinos y rusos se instalen, el nuevo gobierno de Damasco invitaba a las empresas estadounidenses a explotar los recursos de petróleo y gas del país, a cambio de financiar una parte de la reconstrucción.

Sin embargo, los yihadistas tienen un mosaico de problemas, como la presencia de alauitas, drusos, cristianos y palestinos, entre otros, a los que acusan de ser “cercanos a Irán”, para justificar las matanzas. En la rueda de prensa Mustafá confirmó que el gobierno sirio había encarcelado a los dirigentes de la Yihad Islámica Palestina.

En Oriente Medio la mejor señal de lealtad al imperialismo es poner a Irán en la diana. “Compartimos los mismos enemigos que Estados Unidos”, dijo Bass, resumiendo las declaraciones de Al Sharaa: “Compartimos los mismos aliados que Estados Unidos”.

Otro de los golpes de efecto que negocian los yihadistas sirios es su incorporación a los Acuerdos de Abraham y la normalización las relaciones con Israel… Si Israel se retira de los Altos del Golán.

La aviación israelí ha aprovechado la llegada de los yihadistas al gobierno de Damasco para bombardear implacablemente el país, casi tanto como Gaza, al tiempo que ha enviado tropas a ocupar nuevos territorios, incluso dentro de la zona de amortiguación desmilitarizada de la ONU en los Altos del Golán, en violación del acuerdo de 1974, y matando a docenas de sirios.

La Fuerza Aérea israelí también lanzó un ataque contra los terrenos de su palacio presidencial a principios de mayo. Este ataque se produjo apenas 24 horas después de que la delegación estadounidense se reuniera con Sharaa en el palacio. Los dirigentes israelíes han sugerido que era una amenaza: estamos preparados para futuros ataques contra el cabecilla sirio, si no responde a nuestras expectativas.

Hay que empezar por levantar las sanciones

Los yihadistas necesitan que Estados Unidos levante las sanciones para que se cumpla el sueño de Sharaa de llegar al “acuerdo del siglo” con Trump. Por su parte, la Casa Blanca ha anunciado que una exención de sanciones permitiría a Qatar financiar 29 millones de dólares en sueldos del sector público sirio durante los próximos tres meses. Es la única forma que tienen los yihadistas de conseguir que los funcionarios acudan a su puesto de trabajo.

Arabia Saudí y Qatar habían anunciado previamente que pagarían la deuda de 15 millones de dólares de Siria al Banco Mundial, una suma modesta que Damasco no era capaz de pagar.

Levantar las sanciones es la única manera de lograr que las ONG acudan en masa con su demagogia característica: hambrunas, catástrofes humanitarias, hospitales, colegios… Este tipo de actividades benéficas abarata el coste de la reconstrucción, por lo que aumenta los beneficios de las empresas dedicadas a la tarea.


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