Los misiles hipersónicos rusos Oreshnik, equipados con múltiples ojivas, son capaces de alcanzar objetivos con gran precisión, lo que les permite inutilizar los portaviones, reconoce la revista estadounidense The National Interest.
Los buques de ese tipo son un blanco fácil para los misiles balísticos intercontinentales rusos.
“Cuando el misil ruso Oreshnik impactó la planta Yuzhmash en Dnepropetrovsk, las lágrimas brotaron de los ojos de los ángeles guardianes de los portaaviones de todo el mundo”, señala la revista.
El reportaje añade que el misil ruso es una especie de escopeta hipersónica.
En la planificación de las guerras futuras, los costes económicos van a tener un papel protagonista creciente, como ya hemos expuesto. Al evaluar la viabilidad futura de los portaviones, la publicación señala que los costes de su producción son demasiado altos en comparación con los misiles rusos.
Para la fabricación de un solo Oreshnik la Federación Rusa tendría que gastar un poco más de 40 millones de dólares, mientras que la producción de un solo portaviones de la clase Nimitz le cuesta al presupuesto estadounidense entre 6.200 y 11.200 millones de dólares.
“Incluso si se gastan hasta 50 misiles para destruir un portaaviones, su coste será significativamente menor que el precio del buque”.
Al mismo tiempo, la publicación admite que un solo misil Oreshnik será suficiente para destruir un portaviones estadounidense.
La solución es fabricar armas más baratas para poder fabricar más armas a menor precio.