El candidato Emmanuel Macron |
Según la prensa francesa, los rusos son verdaderos maestros en el arte de manipular elecciones. La paranoia está servida en toda Europa. En las próximas elecciones en Hollanda van a contabilizar las papeletas de voto a mano para evitar que Putin altere los recuentos que se realizan por vía digital.
Un ejemplo caracterísitco de manipulación mediática es el siguiente: el diario Le Point titula que “Una campaña de desinformación teledirigida por Rusia tiene como objetivo a Emmanuel Macron”. ¿En qué consiste esa campaña? Si seguimos leyendo la “noticia” caemos en la cuenta de que se trata de la entrevista de un medio ruso con un diputado francés en el que éste califica a Macron de “agente del gran sistema bancario americano”, es decir, una verdadera obviedad.
Lo mismo que en Estados Unidos, también en Francia los medios se muestran como lo que son: portavoces del capital financiero que, por su parte, ya ha optado por su candidato y no permite que nadie le critique, a pesar de las muestras de ineptitud que ha dado como ministro de Economía.
Sin embargo, el diputado francés no dice nada que no sepamos y que el propio Macron haya reconocido una y mil veces: toda su carrera profesional la ha hecho en los grandes monopolios financieros estadounidenses. El candidato no es, pues, otra cosa que un sicario a la vez del capital financiero y de Estados Unidos.
Si un medio ruso publica una entrevista con un diputado francés, es una injerencia en las elecciones, pero si un medio francés publica una entrevista con un diputado ruso durante unas elecciones, el asunto no se mira con los mismos ojos. ¿Será porque los medios rusos tienen más influencia que los franceses?
Preguntemos de otra manera: ¿será que los medios rusos tienen más influencia sobre los electores franceses que los propios medios franceses?, ¿por qué en Europa se ha desatado este miedo a la información?
Voy a contestar a la última pregunta: este miedo a la información proviene de que todas las noticias son terribles, debido a que estamos a medio camino entre la fase imperialista y la de putrefacción. Incluso yo, que me considero marxista, temo entrar en webs como esta en la que escribo por la cantidad de golpes que voy a recibir… Creo que hacen falta noticias más dialécticas que pongan las contracicciones a nuestro favor, más optimistas; es todo demasiado negro y "la gente" no quiere deprimirse, prefiere huir de la realidad con una película o con el Youtube (y les entiendo).