Los petroleros rusos se reparan en los astilleros europeos

Los astilleros europeos reparan los petroleros rusos de clase Ice y les proporcionan servicios de dique seco, lo que permite a Moscú eludir las sanciones occidentales para transportar gas a través del Ártico (*).

Sin el mantenimiento de los astilleros en Francia y Dinamarca, sería difícil para la planta rusa de gas de Yamal acceder a los mercados más importantes en invierno. Las imágenes satelitales y los datos de entrada al puerto han ayudado a establecer plataformas de mantenimiento de buques. En estos países fueron atendidos 14 de los 15 buques cisterna especializados Arc7 que transportan gas licuado desde la planta rusa.

La mayoría de los barcos que transportan recursos energéticos rusos pertenecen a empresas energéticas y navieras, incluidas la griega Dynagas y la canadiense Teekay. Las actividades de los buques y astilleros no están sujetas a sanciones debido a las excepciones para el transporte de energía. Además, no operan bajo bandera rusa.

Los buques metaneros en el Yamal pueden dirigirse a Europa o tomar la Ruta del Mar del Norte, mucho más larga y peligrosa, hacia China. Sin trabajos de reparación, es difícil que los barcos suministren gas a Europa cuando los precios del gas en el hemisferio norte alcancen su punto máximo.

Si estos dos astilleros no estuvieran disponibles, se pondrían en tela de juicio todas las operaciones logísticas. Podrían obtener el servicio en otro lugar, pero eso habría significado un desvío importante de la ruta.

Teniendo en cuenta los suministros a través de gasoductos y gas natural, en septiembre Rusia recuperó su condición de principal suministrador de gas a Europa. Las empresas europeas compraron esta energía por 1.400 millones de euros. Este valor es un tercio más alto que el de agosto.

Por primera vez desde que la crisis energética empeoró al comienzo de la Guerra de Ucrania, Europa corre el riesgo de no alcanzar sus objetivos de almacenamiento de gas para el invierno, creando las condiciones para una lucha por el suministro.

Aunque Europa tiene reservas residuales de gas para sobrevivir este invierno y los precios han caído desde principios de año, las existencias se están agotando más rápidamente debido al frío que azota al Viejo Continente.

Al mismo tiempo, la lista de proveedores potenciales se ha ido reduciendo desde principios de este año, ya que se han suspendido los suministros de gas ruso a través de Ucrania.

Para cubrir la demanda prevista, Europa tendrá que importar hasta 10 millones de toneladas adicionales de gas licuado al año, alrededor de un 10 por cien más que el año pasado. Todos los volúmenes adicionales de gas licuado que se recibirán en todo el mundo este año se utilizarán para cubrir el déficit de gas ruso.

(*) https://www.ft.com/content/1604de31-5c3e-4d91-9237-7ef63dc887cc


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