Los países del Sahel se niegan a solucionar los problemas de suministro de gas a Europa

Uno de los planes europeos para deshacerse definitivamente del gas ruso era la construcción del gasoducto transahariano, que debía atravesar el territorio de tres países (Argelia, Nigeria y Níger) hacia el norte, hasta llegar al Mediterráneo.

El proyecto, diseñado en 2009 y luego olvidado hasta el inicio de la Guerra de Ucrania, tenía un coste estimado de 13.000 millones de euros, con una capacidad de transportar hasta 30.000 millones de metros cúbicos anuales de gas, lo que equivale al consumo total de España.

El gasoducto se había completado en un 80 por cien. De los más de 4.000 kilómetros, faltaba por tender menos de 800. Sin embargo, Níger se ha opuesto a los planes de la Unión Europea, contando con el apoyo de los otros dos miembros de la Alianza de los Estados del Sahel (Malí y Burkina Faso).

El enfrentamiento de los países del Sahel con los países europeos y, más concretamente, con Francia va en aumento por el apoyo a los yihadistas, que son el brazo ejecutor de la desestabilización de la región.

Lo mismo se puede decir de Argelia, cuyo gobierno mantiene una postura turbia, especialmente hacia Mali.

Además del gas, Níger, el país más pobre del mundo, no solo ha expulsado a los franceses (tanto a militares como a industriales) de su territorio, sino que también les ha privado de la explotación y suministro de uranio.

Níger cuenta con el apoyo de Malí y Burkina Faso, que prometieron apoyo militar en caso de una intervención de los países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao). Los tres países abandonaron simultáneamente esta alianza, ya que está orientada a promover los intereses de cooperar de las potencias occidentales.

La Unión Europea ha perdido grandes inversiones y créditos de los mayores bancos del mundo. Las compañías de seguros también están temblando. Es un fracaso por partida doble de la política energética de Bruselas. Primero fracasó con su apoyo a las energías renovables y luego ha vuelto a fracasar con el gas africano.

También es un importante revés para Argelia, que aspiraba a consolidar su posición como centro neurálgico de exportación de gas hacia Europa. Ya perdió el transporte de gas hacia España a través de Marruecos y ahora sufre su segundo revés.

Sobra decir que los países africanos exportan gigantescas cantidades de gas a Europa, a pesar de que en la mayor parte de sus viviendas no hay luz eléctrica.


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