‘Salvator mundi’ |
Pero en 2008 hizo un mal negocio con Trump comprándole en Palm Beach una casa por 100 millones de dólares que al inquilino de la Casa Blanca le había costado 40. En 2016, Rybo, que probablemente tiene más gusto que Trump, arrasó el pequeño palacio florentino con sus 17 habitaciones y de la propiedad de 62.000 metros cuadrados no queda más que una piscina olímpica y unas fuentes griegas.
Para los oligarcas rusos que han elegido Londres, Gstaad o una isla virgen como su lugar de residencia lo peor está por venir. El peligro no viene de su patria, donde se les busca por las apropiaciones indebidas que les permitieron adquirir su fortuna, como los aproximadamente 7.000 millones de dólares que Rybolovlev acumuló al echar sus zarpas en la potasa durante el retorno del capitalismo a la Madre Patria.
El peligro llega de Estados Unidos, donde el 29 de enero entrarán en vigor las nuevas sanciones anti-rusas aprobadas por el Congreso, que permitirán confiscar todos los bienes a los funcionarios y dignatarios rusos, así como a los oligarcas y sus familias, que no hayan adquirido mediante un trabajo arduo. O sea, toda su fortuna.
Y esto, incluso fuera de Estados Unidos, ya que sus tribunales también son imperialistas, o sea, extraterritoriales. Lo mismo que el Pentágono y la CIA, no conocen las fronteras.
Atrapados en un fuego cruzado, algunos preferirían finalmente regresar a los países con sus activos a cambio de promesas de clemencia o incluso amnistía. Dentro de poco algún intermediadiario presentará a Putin una lista de oligarcas desesperados porque la venganza del Tío Sam pueda resultar más cruel que las garras del gran oso ruso.
https://www.vedomosti.ru/politics/news/2017/12/06/744306-titov-putinu-spisok