En todo el mundo a los jubilados les espera un futuro muy negro, pero especialmente en Estados Unidos, donde sólo el 25 por ciento de los trabajadores cotizan en el sistema público; el resto lo hace en el privado, incluidos los funcionarios.
El Instituto Hoover, un centro de análisis de la Universidad de Stanford, ha lanzado la alarma. El agujero es de 3.850 millones de dólares. Grandes ciudadaes como Dallas, Filadelfia, Nueva Orleans y Chicago no tienen forma de pagar las pensiones contratadas. Algunas de ellas ya han dejado de pagar, otras sólo pagan en parte y otras han prometido que buscarán dinero para pagar.
El año pasado se acumularon deudas por valor de 434 milloones en pensiones impagadas y las típicas explicaciones absurdas vuelven a aparecer, especialmente el aumento de la esperanza de vida, dejando al margen la crisis, el papel de los fondos privados y la gestión de los mismos.
Necesitados de dinero fresco, los fondos han llevado a cabo inversiones cada vez más arriesgadas. Necesitan una rentabilidad del 7,5 por ciento pero no llegan a un tercio de ese porcentaje a causa de la caída de la bolsa y los tipos de interés.
En 2008 los fondos privados en el mundo perdieron el 18,3 por ciento de su valor, el 20 por ciento en EEUU y el 9 por ciento en España.
Los fondos privados tuvieron su etapa dorada entre 1995 y 2000, coincidiendo con las primeras amenazas de quiebra del sistema público. Los economistas engañaron a los trabajadores afirmando que para que el sistema público no se hundiera había que promocionar el privado.
Los fondos privados pasaron de gestionar 4,9 billones de euros a 11,5 billones en sólo cinco años. En España pasaron en el mismo periodo de tiempo de 13.000 a 38.000 millones de euros.
El derrumbe previsto para el año 2000 no llegó, pero el engaño sigue adelante. Periódicamente nuevos informes de “expertos” siguen con el mismo mantra, una y otra vez.
Pero el mundo vuelve a estar del revés: lo que realmente está en quiebra es el sistema privado que, al estar vinculado a la bolsa, se ha hundido como consecuencia del colapso financiero de 2008.