A pesar de ello, el grupo de presión pro-israelí AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) ha impedido que el Congreso de Estados Unidos, a diferencia de la Unión Europea, etiquete de las mercancías de origen israelí para informar a los consumidores de su origen.
Israel y sus poderosos patrocinadores miden muy bien cada paso que dan y cuentan, además, con numerosos cómplices, especialmente en los medios de comunicación occidentales, que a cualquier asunto le dan la vuelta como si fuera un calcetín.
Desde 2003 el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores ha logrado que las etiquetas comerciales, en lugar de poner “territorio ocupado”, que es la denominación oficial, ponga “territorio disputado” para referirse a (Golan, Cisjordania, banda de Gaza y Jerusalén este).
En 2014 Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey y candidato republicano a las primarias, fue llamado al orden por el mafioso Sheldon Adelson que organizaba un examen para detectar la inclinación pro-israelí de los candidatos en su casino de Las Vegas.
Los candidatos tienen que medir muy bien sus palabras. En unas declaraciones a Christie se le escapó decir que había sobrevolado en helicóptero los “territorios ocupados”. Naturalmente, tuvo que disculparse.