El tribunal electoral está investigando el asunto. Una investigación exhaustiva de Folha de Sao Paulo anterior a las elecciones encontró que las empresas que patrocinaban la campaña de Bolsonaro habían orquestado una movilización ilegal a gran escala en WhatsApp, con 300.000 grupos que llegaban a unos 77 millones de brasileños.
120 millones de brasileños, la mitad de la población, usan WhatsApp.
Los embustes corrieron como la pólvora por las redes sociales y los portales de noticias se hicieron eco de ellos. Uno de ellos alertaba sobre máquinas de votación manipuladas para favorecer a Haddad, del PT, y otra que Haddad distribuía en las escuelas unos kits para “volver gays a los niños”.
El 98,21 por ciento de los votantes de Bolsonaro interrogados había estado expuesto al menos a una noticia falsa, y el 89,77 por ciento creía en su veracidad. Un 84 por ciento de los partidarios de Bolsonaro creía en la noticia de los “kits gays”, y un 74 por ciento en la de las máquinas de votación.
En una encuesta posterior, el 40 por ciento de los encuestados declaró haber cambiado su postura de “ser contrarios o albergar dudas” sobre Bolsonaro, a “decidirse” o “plantearse” votar por él en las últimas semanas. Justo el mismo periodo en que la mayoría de las noticias falsas empezaron a circular como la pólvora.