Los daños colaterales de los bombardeos sobre Siria

El truco publicitario de los bombardeos es bastante conocido. Consiste en anunciar a bombo y platillo el número de yihadistas muertos tras las incursiones aéreas y callar cuando las víctimas son otras, especialmente si se trata de niños.

El martes un bombardeo francés sobre Mosul causó la muerte de 28 escolares irakíes e hirió a otros cinco. Una verdadera carnicería. El jueves el diario londinense en árabe Al-Qods al-Arabi y el Middle East Monitor difundían unas declaraciones del general irakí Thanon Sabawi en las que criticaba dicho bombardeo. Han sido los únicos medios en denunciarlo.

El sitio de internet airwars.org realiza un seguimiento de los “daños colaterales” causados por los bombardeos estadounidenses, de los que ya han logrado información sobre unos veinte con víctimas civiles.

En mayo la aviación estadounidense reconoció la muerte “probable” de dos niños asesinados seis meses antes cerca de Harem, en Siria, tras un ataque aére contra la fantasmal organización yihadista Jorasan.

Recientemente, el Centcom, el mando de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, ha reconocido la muerte de cuatro civiles, entre ellos un niño, en un control cerca de Hatra, en Irak.

A diferencia de los franceses, los estadounidenses hacen gala de su típica hipocresía anglosajona. Se excusan con los familiares de las víctimas civiles de sus bombardeo, e incluso les proponen compensaciones económicas.

En julio el Pentágono destinó cinco millones de dólares de sus presupuestos a las víctimas de las operaciones “de combate” en Irak, para pagar daños materiales, heridos civiles y funerales.

El general Charles Q. Brown, comandante de la fuerza aérea estadounidense en Oriente, Medio ha lamentado la muerte “no intencional” de vidas humanas y dice que tiene a las familias afectadas en sus pensamientos. Seguro que no concilia el sueño por las noches…

Este tipo de declaraciones no calman ni por un momento el odio feroz que tanto los franceses como los estadounidenses están acumulando en Oriente Medio, donde cada mañana las televisiones muestran los estragos causados por los bombardeos indiscriminados.

Los bombardeos convierten a los yihadistas en víctimas. Por su parte, ellos lo hacen mucho mejor. Sus ONG, que rebosan petrodólares, ayudan a enterrar a los muertos, consuelan a sus familiares, curan a sus heridos y reconstruyen las casas derruidas por la aviación.

La “reconstrucción” deja a los yihadistas como dueños y señores de las ruinas. Convierten a las escuelas en campos de entrenamiento militar. A finales de setiembre un ataque aéreo francés cerca de Deir ez-Zor alcanzó a una escuela, matando a 30 personas, entre ellas 12 niños-soldado, dijo Rami Abdel Rahmane, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El número de heridos ascendió a otras 20 personas.

Según el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, el ataque se dirigió contra un “sitio extremadamente sensible” del Califato Islámico, en referencia a un campo de entrenamiento de los yihadistas.

El ataque lo llevaron a cabo 5 bombarderos Rafale franceses y en el campamento se entrenaban yihadistas extranjeros que combaten en las filas del Califato Islámico, aunque también adiestraban a niños-soldado, los llamados “cachorros del Califato Islámico”.

El ministro de Defensa se mostró extrañado de la información del Observatorio Sirio. Por su parte, Hollande dijo que el lugar atacado amenazaba la seguridad de Francia.

Desde la Segunda Guerra Mundial, una dilatada experiencia militar demuestra que los bombardeos, el instrumento de destrucción favorito de los imperialistas, no sirven para nada si no van a acompañados de la acción sobre el terreno. En el caso de Francia no son más que una venganza para dar salida a la frustración causada por los recientes atentados de París.

Hoy ni siquiera cabe ya la excusa del error o la involuntariedad de los daños colaterales. Se golpea en el punto exacto en el que se pone el punto de mira. Sólo pueden alegar que la información es mala. Pero en tal caso es mejor quedarse en casa que ir a una guerra a ciegas.

comentario

  1. • Para hacer habitable nuestra casa futura, entiendo que se debe comenzar por hacer limpieza. Pero una limpieza profunda. De ahí las "Propuestas Políticas para la Construcción del Futuro" de mi "Guía Política Antifascista" aquí: goo.gl/t7z3Ke, y entre ellas la de crear un partido político que tenga por cometido el vaciar esas cuevas de Alí Babá que son los parlamentos del mundo, mediante una gran transferencia del poder político al pueblo para que nos gobernemos mediante la asamblea (democracia directa).
    • Y ese podría ser un buen nuevo comienzo para que gobernemos los primeros hombres a través de nuestras tesis, y no toda esta panda de mafiosos, oportunistas, matones.

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