La falta de ciertos anticuerpos significaría que algunos no tienen un “pasaporte de inmunidad” y, por lo tanto, no se les permitirá salir a la calle. Aquellos que los tienen recibirían certificados para que puedan desplazarse y reintegrarse al trabajo, mientras que los otros deberán quedarse en casa.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido a los gobiernos contra la emisión de pasaportes de inmunidad, diciendo que no hay evidencia de que las personas que se han recuperado del coronavirus estén protegidas frente a una segunda infección.
Los científicos también empiezan a levantar la voz (1). Tiene “tantos defectos que es difícil saber por dónde comenzar”, escriben la bióloga molecular Natalie Kofler, fundadora de la iniciativa mundial Editing Nature, y la bioética canadiense Françoise Baylis, en un artículo publicado en la revista Nature (2).
Las científicas aseguran que no está claro que las personas desarrollen algún tipo de inmunidad duradera después de una infección de coronavirus.
Las pruebas no son fiables, añaden. Algunas pruebas de anticuerpos tienen altas tasas de falsos positivos, según las evaluaciones realizadas por un consorcio de laboratorios de California (3).
Las pruebas tampoco son accesibles a todos. No hay suficientes pruebas para todos los que las necesitan. En Estados Unidos, más de 1,5 millones de personas han dado positivo por coronavirus. El cálculo actual es insuficiente, según Peter Hotez, profesor del Baylor College of Medicine (4).
Además, si solo permiten trabajar a los supervivientes del coronavirus, la mano de obra va a escasear y los salarios aumentarán. “La baja prevalencia de la enfermedad combinada con una capacidad de prueba limitada, sin mencionar las pruebas poco fiables, significa que solo una pequeña fracción de cualquier población estaría certificada como libre para trabajar”, escriben.
También hay que tener en cuenta el derecho a la intimidad y la marginación. Vigilar a las personas para comprobar quién es inmune afecta a los grupos que ya están marginados. Durante la pandemia, los negros e hispanos han sido detenidos por violar las normas de confinamiento de Nueva York. “Con un mayor control viene una mayor vigilancia, y con ello mayores riesgos de perfiles y daños potenciales a los grupos raciales, sexuales, religiosos u otras minorías”, escriben las científicas.
El control creará nuevas forma de marginación social. “Etiquetar a las personas sobre la base de su estatus de coronavirus crearía una nueva medida para dividir a los que tienen de los que no tienen coronavirus”.
Habrá más discriminación porque cualquier programa para certificar la inmunidad podría ampliarse para incluir otros datos confidenciales de salud. “Los pasaportes de inmunidad de hoy podrían convertirse en los pasaportes biológicos de mañana”, advierten (5).
Los pasaportes de inmunidad podrían alentar a las personas a infectarse a propósito. “Si el acceso a ciertas libertades sociales y económicas se otorga solo a las personas que se han recuperado del coronavirus, entonces los pasaportes de inmunidad podrían incentivar a las personas sanas y no inmunes a buscar la infección voluntariamente, poniéndose a sí mismas y a otros en riesgo”.
(1) https://www.cnn.com/2020/04/25/us/who-immunity-antibodies-coronavirus/index.html
(2) https://www.nature.com/articles/d41586-020-01451-0
(3) https://cnnespanol.cnn.com/2020/05/11/todavia-puede-ser-dificil-hacerse-una-prueba-de-coronavirus-pero-ese-no-es-el-unico-problema/
(4) https://www.cnn.com/2020/05/07/politics/coronavirus-antibody-testing-problems-cdc-fda-invs/index.html
(5) https://www.cnn.com/2020/05/12/business/coronavirus-antibody-test-discrimination-intl-gbr-scli/index.html