Un país moribundo, como España, es presa fácil de los buitres, como BlackRock, que ha carcomido a todas las empresas del Ibex 35, pero especialmente a los bancos. El Banco de España no tiene suficientes asesores y le pidió a BlackRock que le aconsejara en la creación de la Sareb.
“El gigante silencioso”, como lo llama el New York Times, es el mayor accionista del BBVA y del Santander, de las que controla un 5,92 por cien y un 5,42 por cien, respectivamente. Pero también posee un 3,43 por cien del Banco Sabadell, un 3,2 por cien de CaixaBank y un 3,28 por cien de Bankinter.
También participa en el capital de empresas de telecomunicaciones, como Telefónica, donde ronda el 5 por cien o en Cellnex, donde los supera.
En las constructoras tiene un 5 por cien de ACS y en las inmobiliarias tiene un 4 por cien de Merlin. Le interesa el agua (tiene un 6 por cien en Fluidra) y las farmacéuticas, a tenor de su 3,50 por cien en Grifols.
La mayor gestora de fondos de inversión del mundo cerró el año pasado con un volumen de activos bajo gestión de 10 billones de dólares, un 15 por cien más que en año anterior. Equivale a la suma del Producto Interior Bruto de las tres mayores economías europeas: Alemania, Reino Unido y Francia.
Como ya hemos explicado en otra entrada, los buitres son “verdes” por naturaleza. El medio ambiente es el motor de sus inversiones. Hace un par de años, el gran padrino Larry Fink publicó un mensaje haciendo hincapié en que el cambio climático redefinirá el futuro del capitalismo.
Es uno de los pilares de la estrategia del fondo buitre. Las empresas que no se sumen a las políticas verdes estarán por muy por detrás que el resto, escribió Fink.
—https://elnuevolunes.es/portada/blackrock-pone-a-las-energeticas-espanolas-en-su-diana/