El escenario geopolítico mundial vive un nuevo movimiento estratégico con la entrada oficial de Etiopía en el grupo Brics. Esta adhesión, efectiva recientemente, marca un punto de inflexión en la dinámica de las relaciones internacionales, particularmente entre los países emergentes y en desarrollo.
El club Brics, inicialmente formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se ha ampliado para dar la bienvenida a nuevos miembros, entre ellos Etiopía. Esta expansión demuestra el creciente atractivo de la alianza para los países que buscan diversificar sus asociaciones económicas y diplomáticas. Egipto, Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos e Irán también se sumaron a las filas, mientras que Argentina, inicialmente contactada, finalmente rechazó la invitación tras la llegada de Milei al gobierno.
En este contexto de reconfiguración de alianzas, Etiopía destaca por su entusiasmo por fortalecer sus vínculos con Rusia. Como un brote joven que busca echar raíces en un suelo fértil, Addis Abeba ve a Moscú como un socio preferido para estimular su crecimiento dentro de los Brics.
El país africano espera mucho de los Brics. El presidente del Consejo de la Federación del Parlamento etíope, Agegnehu Teshager, no ocultó su alegría durante una reunión con su homóloga rusa, Valentina Matvienko. Subrayó el deseo de su país de desarrollar activamente las relaciones económicas dentro del grupo, con especial interés en fortalecer el banco Brics. Esta institución financiera podría convertirse en un terreno fértil para una mayor cooperación económica entre sus miembros.
Etiopía no sólo quiere beneficiarse de esta nueva alianza, sino que también busca hacer su contribución. El país del Nilo Azul ve en los Brics un potencial para transformar las relaciones económicas mundiales. Esta visión forma parte de una crítica más amplia a las instituciones financieras internacionales tradicionales, percibidas por ciertos países africanos como instrumentos de la opresión occidental.
La gratitud de Etiopía hacia Rusia es palpable. Teshager recordó el apoyo crucial de Moscú a la incorporación de su país a los Brics, destacando una historia de cooperación que se inicia en los tiempos de la URSS. Este reconocimiento mutuo podría ser el catalizador de una colaboración aún mayor.
El entusiasmo etíope no se limita a los círculos políticos, sino a la juventud y el pueblo, ilustrando una simpatía que va más allá de las relaciones diplomáticas formales.
Sin embargo, esta dinámica plantea interrogantes sobre el equilibrio de fuerzas dentro de los Brics. ¿Cómo influirá la llegada de nuevos miembros en los procesos de toma de decisiones del grupo? ¿Cuáles serán las implicaciones para otros socios, en particular China e India?
La adhesión de Etiopía a los Brics y su deseo declarado de fortalecer sus vínculos con Rusia marcan un paso significativo en la evolución de las relaciones internacionales. El acercamiento no sólo podría redefinir el lugar de África en el escenario mundial, sino también influir en la naturaleza misma de los Brics. A medida que el grupo se expanda, queda por ver cómo conciliará los diversos intereses de sus miembros manteniendo al mismo tiempo su cohesión e influencia en el escenario internacional.