Tal día como hoy del año 1878, hace 142 años, moría en Le Havre (Normandía-Francia) María Cristina de Borbón Dos-Sicilias; sobrina y viuda de Fernando VII, reina consorte de España (1829-1833), reina regente de España (1833-1480), y máxima expresión de la corrupción española del siglo XIX. A la finalización de la I Guerra Carlista (1833-1840), el gobierno del liberal Espartero estimó que era propietaria de un depósito opaco denominado «bolsillo secreto» que acumulaba un saldo de 80 millones de reales, y le retiró la condición de reina regente.
No obstante, en el transcurso de su vida, y con los recursos de su particular bolsillo secreto —un agujero negro de dudosísimo origen— y la asociación con la camarilla de palacio (las clases extractivas de la época) financió monopolios oligopolísticos, golpes de estado en España y en las repúblicas americanas de nueva creación y una potente y opaca trama ilegal de comercio de esclavos a través de la colonia de Cuba. Cuando se filtró el escándalo (1854), huyó precipitadamente a Francia, incluso antes de que las Cortes españolas votaran su expulsión.
Poco antes de morir estuvo en el punto de mira de la prensa española, que la acusó de codirigir una trama desde Francia (con su yerno Montpensier), que habría urdido y cometido el asesinato del general Prim, entonces presidente del Gobierno (1870). Joan Prim (Reus, 1814 – Madrid, 1870), que había liderado la Revolución Gloriosa (1868) y había destronado y expulsado a Isabel II (la primogénita de María Cristina), estaba negociando secretamente la venta de Cuba a los Estados Unidos a cambio de enjugar el déficit público español. Pero, en aquel momento, Cuba era la base del mercado negro de esclavos.