Airwars es un movimiento formado por periodistas para denunciar las guerras en el mundo. Aseguran que entre agosto de 2014 y octubre de 2017 5.961 civiles murieron a causa de ataques aéreos en Irak y Siria.
La estimación oficial del Departamento de Defensa se sitúa en 801, por encima de las 484 muertes confirmadas hace seis meses, y el gobierno dice que todavía está evaluando cientos de informes de posibles víctimas no intencionadas.
En total, Estados Unidos ha registrado alrededor de 1.800 muertes de civiles, aún mucho menos que las estimaciones de Airwars.
En julio Amnistía Internacional calculó que más de 5.800 muertes no militares en los dos países habían resultado de las acciones de Estados Unidos, que “no tomó precauciones efectivas para proteger a los civiles”.
En un informe el mes pasado el New York Times describió la agresión de Estados Unidos contra Siria como “la guerra menos transparente en la historia reciente de Estados Unidos”. La campaña de bombardeos estadounidenses causó muertes civiles aproximadamente 31 veces más frecuentemente de lo que el gobierno ha informado.
La aviación estadounidense ha provocado un extenso derramamiento de sangre entre la población civil de Siria. Uno de los bombardeos sobre un distrito de Mosul mató al menos a 150 civiles y 119 niños murieron en otro dirigido contra Raqqa.