Un único atentado, el cometido durante el maratón de Bostón, acaparó el 20 por ciento de toda la cobertura mediática dedicada a los atentados terroristas en Estados Unidos entre 2011 y 2015, a pesar de que “sólo” fallecieron tres personas.
En abierto contraste, un ataque a un templo sij en 2012 que causó seis víctimas mortales acaparó únicamente un 3,8 por ciento de las noticias porque fue cometido por Wade Michael Page, un “hombre blanco”.
Otro atentado de un “hombre blanco”, Dylann Roof, en la iglesia afroamericana de Charleston en el que murieron nueve personas sólo recibió el 7,4 por ciento de cobertura mediática.
El atentado de 2014 cometido por Frazier Glenn Miller contra una sinagoga de Kansas con tres víctimas sólo alcanzó un 3,3 por ciento de cobertura.
La conclusión de los investigadores es que los ataques atribuidos a los yihadistas reciben cinco veces más cobertura mediática que los perpetrados por los demás.
Cuando los medios atribuyen un atentado a los yihadistas, la atención informativa crece un 449 por ciento. De esa manera, aseguran los autores del estudio, se esparce un pánico generalizado contra un determinado tipo de religión.
Para llegar a sus conclusiones, los autores han recopilado las noticias aparecidas en la prensa en el periodo cinco años comprendido entre 2011 y 2015 relativas a cada uno de los atentados que se han producido.
Como consecuencia de esta desigualdad de tratamiento informátivo, la islamofobia se ha disparado, algo que no sucede con las demás confesiones religiosas. Los medios de comunicación han forjado así un cliché falso que ha arraigado entre la población.
(*) http://www.independent.co.uk/news/world-0/terror-attacks-media-coverage-muslim-islamist-white-racism-islamophobia-study-georgia-state-a7820726.html