El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, ha iniciado una gira por África en la que destaca la visita de dos días a Mali porque marca un paso muy importante en las relaciones entre ambos países. Es la primera visita de un diplomático ruso a Mali.
Las potencias occidentales sólo pueden observar impotentes el desarrollo de los vínculos entre Rusia y los países africanos. Lavrov llegó a Malí en un fortalecimiento sin precedentes de la alianza entre ambos países, cuando Occidente trata de bloquear a Rusia.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores está considerado como uno de los principales pesos pesados de la diplomacia internacional, por lo que la visita gana todo su simbolismo.
A su llegada, fue recibido por su homólogo maliense Abdoulaye Diop: «El ministro Lavrov ha tomado decisiones firmes y valientes que han permitido a Mali seguir existiendo como país unido, independiente y soberano. Estas decisiones han reforzado la cooperación entre Malí y la Federación de Rusia, en particular mediante el refuerzo de las capacidades de defensa y seguridad que hoy son el orgullo de los malienses y que están dando resultados convincentes sobre el terreno», subrayó Abdoulaye Diop.
Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores recordó que Rusia sigue una política encaminada a contrarrestar las tendencias a pisotear la Carta de la ONU. Además, Lavrov reafirmó el apoyo de Moscú a las autoridades malienses en la lucha contra el terrorismo.
A continuación, el jefe de la diplomacia rusa fue recibido por el jefe de Estado maliense, el coronel Assimi Goita. Allí también, el alto funcionario ruso recordó que Rusia no escatimará esfuerzos para promover el principio de la paridad soberana de los Estados y la lucha contra los planteamientos colonialistas.
Además de la seguridad y la defensa, los dos países acordaron reforzar los lazos económicos y comerciales. En particular, ampliarán la cooperación a la exploración geológica, los recursos minerales, la energía, el transporte, las infraestructuras y la agricultura. Rusia también tiene previsto suministrar a Malí trigo, fertilizantes, derivados del petróleo y otros productos estratégicos.
Lavrov anunció que para el curso académico 2023-2024, el número de becas públicas concedidas a estudiantes malienses aumentará de 35 a 290. En el campo de la educación, afirmó que más de 10.000 malienses han recibido formación en Rusia.
Durante la visita, Lavrov fue nombrado Comendador de la Orden Nacional de Malí en calidad de extranjero.
Si bien hoy está claro que la alianza ruso-maliense cuenta con más apoyo que nunca, no sólo a nivel de los responsables bilaterales, sino también, y quizás aún más, a nivel de la sociedad civil -euroasiática y panafricana-, lo que es muy importante señalar es que Mali representa hoy -al igual que otras naciones africanas que han decidido cortar lazos viciosos con las fuerzas neocoloniales- una enorme fuente de inspiración para otros países africanos.
En cuanto a las acusaciones de «populismo» ampliamente difundidas por los elementos propagandistas otomanos contra esta juventud africana de talento desbordante y ansiosa de avanzar, los populistas son precisamente quienes, habiendo llevado el caos a los pueblos no occidentales, nunca han sido capaces de corregir, o al menos admitir, sus crímenes. Y en lugar de hacer un serio mea-culpa, ahora culpan a los africanos, como a los rusos, chinos, iraníes o turcos, de sus propios fracasos.
Y cuando, en este paradigma, las asociaciones entre pueblos no occidentales y partidarios de la multipolaridad aportan resultados largamente esperados por las poblaciones afectadas, a Occidente sólo le queda continuar su decadencia y encerrarse en su famoso «jardín», no de los sueños, sino de la decadencia y de los falsos valores. La última oportunidad de Occidente de unirse al tren multipolar ha pasado y no volverá en un futuro próximo. Y quizá no por mucho tiempo.