Las fuerzas de Haftar se apoderaron de la Escuela de Ingeniería Militar, el Proyecto Plató, el Proyecto Habda, la Academia de Policía y otros lugares.
Además de su avance, el Ejército Nacional Libio mató a varios combatientes y destruyó algunos vehículos pertenecientes a las fuerzas gubernamentales que apoya Turquía.
El avance coloca a Haftar dentro de la parte sur de Trípoli.
Esta mañana el Parlamento turco ha aprobado una ley para enviar tropas a Libia por 325 votos favorales contra 184 en contra.
Es la última esperanza de Sarraj, pero si la llegada se demora, no va a haber una segunda oportunidad de mantener más tiempo en el poder al gobierno de Trípoli.
Egipto ya ha condenado la resolución del Parlamento turco en un comunicado oficial publicado hace unas horas.
La intervención militar en Libia obligaría a Turquía a combatir en otro frente más, aparte de Siria, con la diferencia de que esta vez no tiene fronteras comunes.
También plantea la duda de la forma de intervención, si va a enviar “consejeros” o si va a formar un simulacro de “coalición” como la que disimula la intervención militar de Estados Unidos en Siria o la de Arabia saudí en Yemen.
La visita de Erdogan a Túnez la semana pasada parecía encarminarse en esa dirección, pero Túnez no está por la labor, a causa de la oposición argelina.