La decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de la frontera entre Siria y Turquía ha sorprendido a todos, incluido el Reino Unido, que se encuentra entre los aliados más leales a Estados Unidos.
La decisión, aparentemente improvisada, de Trump “cegó” al gobierno británico que, probablemente, no fue informado de la conversación telefónica entre Trump y Erdogan, de la que resultó la decisión de retirar las tropas estadounidenses.
La decisión de Trump de retirar las fuerzas estadounidenses de una parte significativa del noreste de Siria expondrá a las fuerzas especiales británicas que operan en la región a situaciones excepcionales de vulnerabilidad, lo que requerirá su retirada total.
Se desconoce el número exacto de soldados de las Fuerzas Especiales británicas, que se presume que son miembros de los regimientos de élite del Servicio Aéreo Especial (SAS), pero las estimaciones oscilan entre las varias decenas y algunos cientos.
Lucy Fisher, corresponsal del Times, dice en un tuit que el número de tropas de las Fuerzas Especiales británicas que operan en Siria no excede unos pocos cientos.
En el mismo tuit, Fisher dice que estos soldados británicos dependen de las fuerzas estadounidenses para obtener recursos, transporte, infraestructura e ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento).
Mientras tanto, a los 1.000 militares estadounidenses estacionados en el norte de Siria se les ordenó abandonar el país, dijo un funcionario estadounidense bajo condición de anonimato, después del inicio de la ofensiva dirigida por Turquía.
“Estamos ejecutando la orden”, agregando que Estados Unidos dejará un pequeño contingente de 150 soldados en la base de Al Tanf, en el sur de Siria.