La jefa en funciones de la oficina del Inspector General de Seguridad e Inteligencia, Madeleine Laracy, aclaró no obstante que estas agencias «no fueron cómplices ni estuvieron implicados en la tortura o el trato inhumano de los detenidos», de acuerdo a las investigaciones entre 2001 y 2009.
El ente fiscalizador analizó si el Servicio de Inteligencia y Seguridad de Nueva Zelanda (NZSIS, siglas en inglés) y de la Oficina del Gobierno para la Seguridad de las Comunicaciones (GCSB, siglas en inglés) fue cómplice de las actividades ilegales de la Agencia Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en Afganistán.
Según el informe, ambas agencias, pero principalmente el NZSIS recibieron «muchos informes de inteligencia obtenidas de los detenidos, quienes después se conoció fueron sujetos a tortura. En una ocasión el NZSIS le dio preguntas a la CIA para un detenido».
«Si bien el NZSIS no sabía que los interrogatorios implicaban tortura, se sabía que la persona estaba detenida por la CIA en un lugar desconocido», añadió la oficina del Inspector General, que remarcó que estas actividades son consideradas «ilegales en Nueva Zelanda y por el derecho internacional e incluyeron tortura».
Las investigaciones comenzaron un año después de que un Comité de Inteligencia del Senado estadounidense emitiera en 2014 un informe crítico sobre las actividades de la CIA durante la guerra en Afganistán.
El documento analizó el uso del polémicos procesos de interrogatorio, que incluyeron la tortura, a sospechosos y miembros de la red Al Qaeda retenidos en instalaciones secretas en Europa y Asia en los ocho años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
https://www.lavanguardia.com/politica/20190909/47243984935/n-zelanda-recibio-informacion-de-torturados-en-afganistan-segun-informe.html