Los capitalistas occidentales echan números del dinero que perderán en Rusia. Las empresas que se han sumado al bloqueo podrían ser nacionalizadas de manera encubierta con un “sistema de gestión externa temporal”. Eso permitiría a los rusos compensar la congelación de algunos de sus activos en occidente.
Aparte de la Guerra de Ucrania, ha estallado una guerra económica de la que Rusia también es la víctima. El Kremlin tiene que defenderse de los ataques occidentales con medios no convencionales. El primero es nacionalizar las empresas que se han sumado al bloqueo.
El Primer Ministro Mijail Mishustin ha aprobado la confiscación de los activos de las empresas occidentales que han huido de Rusia. Es cuestión de tiempo que se apruebe la ley de nacionalización que afectaría a activos por valor de decenas de miles de millones de dólares. Eso cubriría, al menos parcialmente, las pérdidas debidas a la congelación (e incluso confiscación) de las reservas de divisas de Rusia por parte de occidente.
No lo llame ‘nacionalización’ sino ‘gestión externa’
No encontrará la palabra “nacionalización” en ningún documento oficial ruso. Sólo lo utilizan políticos como el antiguo presidente Dmitri Medvedev o uno de los dirigentes de Rusia Unida, Andrei Turchak.
Se trata de la “gestión externa” de las empresas extranjeras que han salido de Rusia. La esencia de las propuestas es la siguiente. Si la dirección de una empresa, en la que más del 25 por cien de las acciones están en manos de extranjeros, decide cesar sus actividades en Rusia “injustificadamente”, debe ser puesta bajo la gestión de una administración provisional.
El significado de lo que constituye un cese “injustificado” también se incluye en el proyecto de ley. Se trata de cualquier anuncio público de una salida de Rusia que no ofrezca una justificación económica. En la práctica, eso significaría que los gestores nombrados por el Estado tendrían plenos poderes para gestionar las empresas.
Los gestores externos serán designados por la Agencia de Seguros de Depósitos (DIA) o la empresa estatal de desarrollo VEB.RF, según se trate de una entidad financiera o no. Los directivos tendrán acceso ilimitado a la empresa, incluidos los secretos comerciales.
Las empresas extranjeras pueden ser puestas bajo gestión externa durante un máximo de seis meses. Durante este periodo, se puede invertir el proceso de cese de sus actividades en Rusia. Para ello, los accionistas que posean más del 50 por cien de la empresa pueden solicitar a un tribunal la destitución de la dirección externa o la venta de su participación a “nuevos propietarios adecuados”.
¿Cuánto durará el ‘altruismo’ de las marcas occidentales?
Desde el 24 de febrero, varias decenas de grandes y medianas empresas ya han anunciado la suspensión de sus operaciones en Rusia. Entre ellos se encuentran gigantes de la tecnología como Apple, Oracle, Microsoft, IBM y el proveedor de servicios de Internet Cogent Communications, grandes fabricantes de bienes de consumo como Unilever, las cadenas de comida rápida Starbucks y McDonald’s, y las empresas de ropa H&M, Inditex y Uniqlo, el minorista español Industria de Diseno Textil SA (Inditex), que incluye las marcas de consumo Zara, Bershka, Pull & Bear, Oysho y Massimo Dutti.
Las empresas que abandonan Rusia ya están calculando la cantidad de activos que pueden perder. Por ejemplo, Mercedes-Benz estima que sus activos en Rusia ascienden a 2.200 millones de dólares, dijo el fabricante alemán de automóviles de alta gama.
Desde el punto de vista económico para las empresas occidentales ahora es más sencillo seguir operando en Rusia. De hecho, aunque quisieran vender su negocio ahora, es prácticamente imposible, dado el estado de crisis de la economía rusa.
La Fiscalía General de Rusia ha explicado que la “gestión externa” es necesaria para proteger a los trabajadores afectados por los cierres de empresas. Sólo la cadena de comida rápida estadounidense McDonald’s emplea a 62.000 personas en Rusia. Aunque las empresas siguen pagando indemnizaciones a los trabajadores rusos, no está claro cuánto tiempo durarán.
Goychmann: los rentistas occidentales serán sustituidos por turcos y chinos
La publicación empresarial IntelliNews explica el funcionamiento del nuevo instrumento económico. La rama rusa de una empresa existente se liquidaría en el marco de un procedimiento de quiebra y luego se crearía una nueva organización con sus activos. Las acciones de las nuevas empresas se subastarán, dando prioridad a los actores establecidos en el sector. Los nuevos propietarios deberán conservar al menos dos tercios de la plantilla.
“Sólo en San Petersburgo, los bienes inmuebles por valor de más de 10.000 millones de dólares podrían entrar en la ley de ‘gestión externa’. Para esas propiedades, los nuevos propietarios pueden ser incluso la salvación. Para el sector inmobiliario comercial, la situación económica actual supone un riesgo importante de reducción de la demanda y los ingresos. El sector hotelero está sufriendo el cierre casi total de los vuelos directos entre Rusia y los países occidentales y una fuerte caída del flujo de turistas. Y no sólo los turistas extranjeros, sino también los nacionales, que sentirán un descenso de los ingresos en medio del aumento de los precios, incluso de las vacaciones”, dijo Mark Goyjman, analista jefe de la empresa financiera TeleTrade.
Según Goyjman, los inmuebles comerciales (especialmente en las grandes ciudades) ya se enfrentan a la salida de muchos inquilinos, “y no sólo las empresas extranjeras han dejado de hacer negocios en Rusia, sino también las empresas rusas que dependen de ellas: comerciantes, importadores y transportistas”, añade.
Goyjman cree que algunos espacios comerciales serán sustituidos gradualmente por nuevas empresas que entrarán en esos nichos, y puede tratarse de empresas no sólo de Rusia, sino también de Turquía, China e India.
Konstantin Olshansky https://svpressa.ru/economy/article/328607/