El nuevo año ha empezado en el norte de Europa con temperaturas gélidas. En Kvikkjokk, un municipio del norte de Suecia, la temperatura bajó a -43,6 grados centígrados durante la noche del 2 al 3 de enero. “Es la temperatura más baja registrada en este lugar preciso desde que comenzaron las mediciones” en 1888, señaló Mattias Lind, del instituto meteorológico sueco.
El récord da una idea de la ola de frío que azota el norte de Europa desde principios de año, después de un mes de diciembre también muy frío. En varios lugares, como en Umea, la temperatura no alcanzaba un nivel tan bajo desde hacía 12 años.
Aunque la región está acostumbrada a temperaturas muy bajas, la reciente ola de frío ha obligado a las empresas locales de autobuses a suspender sus actividades y ayer la red ferroviaria local Vy anunció la cancelación de todos los trenes que viajaban al norte de la ciudad de Umea durante varios días.
Según el instituto sueco, actualmente hay una zona de alta presión con aire extremadamente frío sobre el noreste de Suecia y el norte de Finlandia. En Nikkaluokta, cerca de Kiruna, se registraron temperaturas de hasta -41,6 grados centígrados. El récord sueco es de -44 grados centígrados en febrero de 2001 en Storbo.
También se espera una fuerte ola de frío a finales de semana en Noruega. El sitio web del diario Aftenposten ha abierto una sección titulada “Caos de nieve” en la que relata los cortes de carretera y el colapso del tráfico a causa de las fuertes nevadas.
En la capital, Oslo, las temperaturas podrían descender hasta -27 grados centígrados este fin de semana, según el Instituto Meteorológico Noruego. Las fuertes nevadas también provocaron el caos en el sur del país, donde se cerraron escuelas y se cancelaron vuelos.
Finlandia también está experimentando temperaturas gélidas. En todo el país, las temperaturas varían en promedio entre -20 y -30 grados, según el instituto local Imatieteen Laitos. Ayer por la tarde se registró un récord estacional de -38,7 grados centígrados en la región norte de Sami. En el norte y centro del país las temperaturas podrían descender hasta los -40 grados centígrados en los próximos días.
En el resto del país, la ciudad de Tampere (suroeste) vio congelarse sus tuberías de agua, dejando ayer a unas 300 personas sin agua corriente, informó el medio local Yle.
El tráfico ferroviario está experimentando perturbaciones a causa de las bajas temperaturas.