– Free Thought Project, Proyecto Libertad de Expresión, 3,1 millones de seguidores
– Anti-Media, 2,1 millones de seguidores
– Police the police, vigilar a la policía, 1,9 millones de seguidores
– Cop Block, bloquear a la pasma, 1,7 millones de seguidores
– Filming Cops, grabar a la pasma, 1,5 millones de seguidores
– Reverb Press, 800.000 seguidores
– Counter Current News, 500.000 seguidores
– The Resistance, 240.000 seguidores
Como se ve, no se trata de páginas rusas, ni de Corea del norte, sino estadounidenses y, además, progresistas, que denuncian el terrorismo de Estado y los crímenes de la policía. Naturalmente, la censura convierte a Facebook en cómplice de esos crímenes que trata de silenciar.
En sus informes internos los monopolios digitales hablan abiertamente de censura política. El documento de Google que se filtró hace unos días admitió que “las empresas de tecnología han ido abandonando gradualmente la libertad de expresión sin intermediarios en favor de la aplicación de la censura”.
El mes pasado, el grupo de expertos Atlantic Council que dirige la censura de los monopolios resumió el trabajo de una conferencia de las fuerzas especiales estadounidenses, que pidió una represión estricta de la libertad de expresión.
El informe observó que “la tecnología ha democratizado la capacidad de los grupos e individuos subestatales para difundir información con recursos limitados y un alcance virtualmente ilimitado”, pasando por alto a los “custodios profesionales” de la opinión establecida.
Las empresas tecnológicas han adquirido, pues, un papel estelar en el silenciamiento de las opiniones políticas incómodas, ya que la gran mayoría de la población se opone a la censura directa del gobierno, concluye el informe.
La censura se ha privatizado. Ya no la ejerce el Estado sino los monopolios, y no se puede recurrir a nadie.