De igual manera, ha explicado que como país miembro de la Alianza imperialista, Eslovaquia está estudiando la creación de pequeños grupo de contacto que se encargarán de alinear los planes de defensa nacional con los del bloque militar.
Las declaraciones de Tomaga se han producido después de que Polonia anunciara que su país, Estonia, Letonia, Lituania, la Republica Checa, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria y Rumania, discutirán en una cumbre, que se celebrará entre 3 y 4 de noviembre en Bucarest, capital rumana, la posibilidad de albergar una bases permanentes de la OTAN en su respectivos suelos.
La nota emitida por Varsovia además corroboró que Eslovaquia intenta establecer grupos de contactos, en un esfuerzo por coordinar el plan nacional de seguridad con el de los países aliados.
En septiembre de 2014, el presidente eslovaco, Andrej Kiska, abogó por crear una base logística de la OTAN en la ciudad de Poprad (noreste). Esa postura del presidente provocó gran indignación entre los habitantes de esa zona.
Posteriormente, el canciller de este país centroeuropeo, Miroslav Lajcak, aseguró que el país no albergará bases permanentes de la OTAN, si bien admitió que las autoridades eslovacas ofrecieron a la Alianza imperialista servicios logísticos, en particular un almacén militar.
Cabe recordar que en junio de 2014, las autoridades de dos países del centro de Europa, Eslovaquia y la República Checa, mostraron su desacuerdo con el despliegue de tropas extranjeras y bases militares adicionales en sus respectivos países.
Las protestas contra la expresión militar de la OTAN se realizan en muchos países. El pasado 25 de abril, cientos de personas se volcaron a las calles de Madrid para denunciar las bases militares de la OTAN en España.
Ante el rechazo mundial, la Alianza imperialista justifica su expansión militar hacia las fronteras de Rusia. El pasado 27 de abril, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció su decisión de aumentar sus fuerzas de 13.000 a 30.000 en Europa y crear una fuerza de reacción rápida de 5.000 soldados, bajo el pretexto de las amenazas procedentes de Rusia.
Moscú, por su parte, ha condenado en reiteradas ocasiones la presencia militar occidental en sus fronteras.