El miércoles las milicias populares de la República Popular de Donetsk bloquearon la señal de un dron del ejército ucraniano cargado de explosivos antes de que causara ninguna víctima.
El dron sobrevolaba las afueras de Donetsk, cerca de la mina de Abakumova. Una de sus estaciones de guerra electrónica Terrikon M2N interfirió la señal del dron y lo obligó a aterrizar.
Al ver que perdía el control del dron, el operador ucraniano dejó caer una de las cargas explosivas que llevaba, que estalló en la calle Kirova, justo al lado de una escuela, afortunadamente sin causar víctimas. El dron aterrizó entonces en las cercanías.
Mientras estaba en el suelo, el operador del ejército ucraniano intentó de nuevo que despegara. Un vecino que lo vió junto a su casa, cogió su muleta y golpeó las aspas para que no pudiera volver a despegar.
A continuación, avisó a los servicios de inteligencia de la República Popular de Donetsk, que enviaron a especialistas en desactivación de explosivos. Cada carga contenía medio kilo de explosivo y bolas de acero, que habrían destrozado a cualquiera que estuviera cerca de la explosión.
Al día siguiente, otro dron del ejército ucraniano lanzó con éxito tres cargas explosivas en el centro de Yassinovataya, en la República Popular de Donetsk. Dos no explotaron, aunque uno de ellos atravesó el techo de un vehículo. El tercero causó daños al explotar en el techo y las ventanas de un edificio de la administración pública.
De nuevo, afortunadamente, no hubo víctimas.
La naturaleza de los artefactos explosivos improvisados que portaban los drones no deja lugar a dudas de que el objetivo no era un edificio o una infraestructura, sino la población. Querían matar o mutilar gravemente a los residentes.
El mismo día en que ocurrieron los incidentes con los drones, el ejército ucraniano disparó con ametralladoras pesadas contra un edificio de Dokuchayevsk, y contra la escuela del pueblo de Krasny Partizan, situado entre Donetsk y Yassinovataya. Una ventana y la pared de un aula resultaron dañadas.
Afortunadamente, tampoco hubo víctimas entre los cerca de 60 niños que estudiaban en la escuela.
No es la primera vez que el ejército ucraniano dispara contra esta escuela, lo que constituye un crimen de guerra. En 2014 el techo de la escuela fue destruido por el fuego de la artillería del ejército ucraniano. La escuela ha sido reparada desde entonces, pero sigue siendo atacada regularmente.
Al tiempo que sigue disparando regularmente contra zonas residenciales e infraestructuras en el Donbas, el ejército ucraniano está intensificando el uso de drones, ya sea para realizar reconocimientos, corregir sus disparos de artillería o llevar a cabo ataques terroristas.
Muchos de los ataques tienen como objetivo escuelas y barrios residenciales. El domingo el ejército ucraniano bombardeó y dañó una estación de bomberos y una fábrica en Yassinovataya. Dos días después también bombardeó Yasnoye, cerca de Dokuchayevsk, con proyectiles de mortero de 120 milímetros, dañando el tejado de la planta de tratamiento de aguas residuales, no lejos del pueblo.
La población del Donbas teme que los ataques terroristas del ejército ucraniano con drones aumenten en el futuro.