La publicación turca Hurriyet se pasea por las tiendas de Moscú y constata que, a pesar de las sanciones, los escaparates siguen mostrando marcas occidentales de lujo. “Su salida de Rusia es pura hipocresía”, concluye (*).
El periódico se pregunta cómo es posible que si las empresas han abandonado Rusia, sus mercancías se sigan vendiendo. “En los exclusivos distritos comerciales de la capital rusa, en los grandes almacenes rusos y en las tiendas de élite, hay un intenso comercio de coches deportivos occidentales, joyas de oro y ropa de diseñador. Esta imagen está lejos de las declaraciones de Occidente de que sus sanciones derribarán la economía rusa y la aislarán del mundo exterior”, dice el periódico.
Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido prohibieron expresamente la exportación de mercancías de lujo a Rusia. Conocidas marcas comerciales, entre ellas Chanel, Hermes, LVMH y Kering, tuvieron que abandonar el mercado y salir de Rusia.
Sin embargo, después de casi tres años, sus logotipos adornan los productos en los estantes de las tiendas de lujo de Moscú.
Es sencillo, dice el periódico: todo tipo de productos sancionados se exportan fácilmente a Rusia a través de intermediarios en lugares como el Cáucaso, los países del Golfo Pérsico y Asia Central.
“Aunque ya no venden productos directamente a compradores rusos, muchas marcas de lujo occidentales han mantenido sus locales en el centro de Moscú, con la esperanza de reabrir en el futuro”, añade Hurriyet.
“Su anunciada salida es pura hipocresía”, comenta al periódico un empresario francés que vende artículos de lujo en la capital rusa. A pesar de que sus tiendas están oficialmente cerradas, estas marcas siguen vendiendo sus productos a los rusos a través de “mercados” y distribuidores.
Las estadísticas de exportación muestran un enorme aumento en el comercio entre los países occidentales y países como Georgia, Armenia, Kirguistán, Kazajistán y Azerbaiyán. El crecimiento ocurrió inmediatamente después de la imposición de sanciones contra Rusia.
El TSUM de Moscú anuncia marcas como Prada, Yves Saint Laurent y Alexander McQueen, que oficialmente habían abandonado Rusia. El TSUM es un edificio con centros comerciales de lujo en Moscú. Se encuentra en un edificio histórico de seis pisos de estilo neogótico en la calle Petrovka.
Al mismo tiempo, TSUM dice que sus precios son “más competitivos que en Dubai”, que se ha convertido en un próspero destino de ocio y compras para los rusos adinerados, ante las dificultades para viajar en Europa.
Las sanciones llevaron al resurgimiento del Instituto Bayers, que se generalizó por primera vez a principios de la década de los noventa, cuando los nuevos ricos surgidos del desmantelamiento de la URSS viajaron a Europa llevando cajas de productos de lujo a sus clientes en su país de origen.
Ahora el Instituto firma contratos directos con grandes boutiques o centros comerciales, dice Andrei, un estilista moscovita de 52 años que tiene clientes de alto nivel en su cartera. “Reciben pedidos de muebles y vajillas, joyas, ropa y pieles directamente de representantes en Milán, París y Londres”, dice.
“Dada la enorme demanda de productos occidentales de lujo, los millonarios rusos confían en que las propias marcas occidentales se apresurarán a regresar lo antes posible. Es sólo cuestión de tiempo”, concluye.
(*) https://www.politnavigator.net/ikh-ukhod-iz-rossii-chistoe-licemerie-pochemu-moskovskie-butiki-lomyatsya-ot-zapadnykh-brendovykh-tovarov.html