Esta mañana se ha celebrado en Saida, al sur de Líbano, la cuarta manifestación semanal contra el confinamiento, el paro y la carestía de la vida.
Los manifestantes se concentraron en la Plaza de Elia y lanzaron consignas contra el aumento de los precios y el deterioro de las condiciones de vida, denunciando el estricto confinamiento impuesto desde mediados de enero con el pretexto del coronavirus.
Los manifestantes prendieron fuego a los neumáticos y bloquearon las carreteras que llevan a la Plaza de Saida. El ejército tuvo que intervinir para reabrir la circulación.
El lunes el gobierno anunció una nueva subida del precio del pan en un país sumido en el colapso económico, en un momento en el que la bancarrota impide subvencionar los productos básicos a pesar del descontento social.
La bancarrota económica, agravada por el estricto confinamiento, ha provocado protestas en varias ciudades de Líbano, especialmente en Trípoli, la ciudad más pobre del país. Trípoli ha sido escenario de manifestaciones y enfrentamientos a lo largo de la última semana, con el resultado de un muerto y más de 400 heridos.