En 1946, al final de la Segunda Guerra Chino-Japonesa, cuando el Ejército de Liberación Popular inició el asalto a los cielos, el general estadounidense Claire Lee Chennault, creador de los Flying Tigers, regresó a China para fundar CAT (Civil Air Transport) con Whiting Willauer, una aerolínea camuflada de aspecto comercial. Los pilotos “nacionalistas” chinos se pusieron al servicio de la CAT y, por lo tanto, de Estados Unidos.
Tres años después, tras la victoria del Partido Comunista de China, la CAT siguió a su fundador, a Chiang Kai-shek y al ejército “nacionalista” y se refugió en Taiwán.
Casi al mismo tiempo la CIA fundó otra empresa llamada Airdale que, a su vez, adquirió el 40 por ciento de la CAT. El resto permaneció en manos de inversores taiwaneses.
A mediados de la década de los cincuenta, con el avance de las fuerzas revolucionarias en la Indochina francesa, Estados Unidos tuvo que tomar el relevo de los viejos colonialistas europeos y la CIA necesitó recurrir a su aerolínea para llevar a cabo el transporte de una manera discreta. Así nació Air America, que sustituyó a la CAT y se convirtió en una de las principales empresas de transporte aéreo del sudeste asiático.
A pesar de su nombre, durante años Air America fue la aerolínea “de bandera” de Taiwán, uno de esos países en los que nunca se sabe dónde acaba la embajada de Estados Unidos y empiezan a gobernar los políticos locales “nacionalistas”.
A principios de los años sesenta las fuerzas militares estadounidenses no podían operar desde Laos, un país “neutral”, así que se repitió la experiencia de Taiwán. En 1964 la CIA creó BOA (Boun Oum Airways) una aerolínea camuflada como si fuera propiedad del príncipe laosiano Boun Oum. Estaba tan camuflada que utilizaba aviones prestados por la CASI (Continental Air Services Inc) que no tenían distintivos propios y los tripulantes era tailandeses. De esa manera, todo parecía asiático y no levantaba sospechas. La ONU podía dormir tranquila.
De manera encubierta, la CIA dirigió los combates en Laos lo mismo que en Siria. Creó ejércitos de fantasmas, unos procedentes del interior y otros del exterior. Algunos de ellos habían combatido en las filas de los “nacionalistas” chinos contra los comunistas, como los hmongs. Otros eran mercenarios tailandeses, otros eran reservistas laosianos…
La CIA utilizó los aviones de la BAO y de Air America para reforzar a esas milicias irregulares, al propio ejército real y para transportar y reabastecer a las fuerzas especiales en misiones clandestinas, así como operaciones de rescate sobre el terreno, de reconocimiento fotográfico y desplazamiento de refugiados. De 1959 a 1962 las operaciones secretas más importantes las llevó a cabo la CIA utilizando la cobertura de esta aerolínea de apariencia civil: “Ambidextrous”, “Hotfoot” y “White Star”. Después de 1962, una operación similar conocida como “Proyecto 404” se encargó de trasladar agregados y asesores militares a la embajada de Estados Unidos en Vientiane.
A mediados de la década de los setenta, Air America contaba con más de 300 pilotos, copilotos, ingenieros de vuelo y especialistas en carga aérea, llamados “ravens” (cuervos) en clave. Tenía dos docenas de aviones bimotores de transporte, otra docena de aviones de campo corto de despegue y aterrizaje y 30 helicópteros dedicados a operaciones en Birmania, Camboya, Tailandia y Laos.
La imagen icónica de la aerolínea de la CIA es el último helicóptero que en 1975 abandonó Saigón después de posarse sobre el tejado de un edificio en el número 22 de la calle Gia Long de la capital vietnamita, utilizado por los espías y la USAID, para evacuar a los cómplices de la guerra imperialista.
En 1975, tras la derrota en Indochina, la CIA se pasó al tráfico de heroína cambiando el uso de los aviones de la aerolínea y dirigiendo al ejército hmong contra el ejercito popular laosiano. El comercio de drogas financió la contrarrevolución, algo que se ha repetido en diferentes epocas y diferentes países.
Con la liberación también cambiaron otras cosas. Por ejemplo, el nombre de Air America ya no era de recibo, por lo que apareció Air Asia, con sede en Taipei, la capital de Formosa.