El número de quiebras de empresas sigue disparada desde la pandemia en varios países de la zona del euro, según Coface, una empresa de aseguramiento de créditos.
Los confinamientos, la Guerra de Ucrania (las sanciones a Rusia) y la inflación han terminado por agotar a un tejido empresarial que ya estaba en situación agonizante. En 2019 los medios especializados hablaban de “empresas zombis”, pero gracias a las subvenciones y los bajos tipos de interés, las empresas pudieron tomarse un respiro.
Durante la pandemia las ayudas públicas permitieron sobrevivir a muchas empresas. Al principio los juzgados mercantiles fueron indulgentes. Pero aquello se ha acabado. El dinero fácil ya no existe. Hay que devolver los préstamos y el Banco Central Europeo ha endurecido la política monetaria. “La economía de la eurozona ha tocado fondo”, afirma Coface.
La actividad económica no ha recuperado el nivel anterior a la pandemia, asegura el informe. Las sanciones a Rusia han disparado el precio de la energía y los indicadores se ponen en rojo uno tras otro. Muchas empresas han parado las máquinas.
Porcentualmente, España es el país de la Unión Europea donde más han crecido las declaraciones de quiebra desde 2020, año en el que comenzó la pandemia. El total de empresas que cerraron las puertas creció un 163 por cien.
En los cuatro años previos a la pandemia (2016-2019) en España se registraron menos de 15.000 quiebras; en los cuatro posteriores el número se ha duplicado. Es un incremento del 100 por cien.
En Alemania hubo 5.209 empresas que se declararon en quiebra en los primeros tres meses de este año, lo que supone un aumento del 26,5 por cien en comparación con el cuarto trimestre anterior.
En Estados Unidos la situación es la misma. El número de quiebras aumentó un 17 por cien en agosto del año pasado con respecto al mes anterior como consecuencia del alza de los tipos de interés.