Estos detalles nos indican que posiblemente seamos nosotros los que tengamos un velo delante de nuestros ojos, y no los islamistas. Asociamos las religiones a un cierto ascetismo y a una moral rígida que priva a los creyentes de los pequeños placeres de la vida.
No es el caso de Hasna Ait Boulahcen, la suicida de 26 años que se inmoló en Saint Denis cuando el edificio en el que pernoctaba fue cercado por la policía francesa.
Según Daily Mail, Hasna nunca leyó el Corán. Quizá por eso le gustaban las fiestas, el alcohol y el tabaco. Como a todo el mundo, por lo demás. Incluso algunos ateos tenemos esos vicios inconfesables.
Aunque fuera una mujer íntegra, estaba lejos del integrismo, al menos tal y como lo esperábamos. Era una mujer de vida “disoluta”, dice Daily Mail, con numerosas conquistas en su haber.
En fin, entre sus allegados era una mujer con “mala fama”, según el periódico inglés. Su hermano Youssouf Ait Boulahcen dice que nunca expresó ningún interés por la religión.
Antes de su repentina conversión se tomó un “selfie” mientras se bañaba. La foto la muestra maquillada y exhibiendo sus joyas.
Parece que todo cambió hace un mes tras una conversión repentina. Sin término medio, del desnudo pasó al velo integral.
Segunda interpretación:
Aquellos que la aseguran que era una fanática religiosa y que por eso se hizo terrorista y se suicidó cuando la iban a detener, mienten.
Sucede igual con los "terroristas" "suicidados" en el piso de Leganés, sus conocidos sabían que no eran precisamente religiosos, eran camellos confidentes de la policía, así que en este como aquel caso, la versión oficial se cae a pedazos.