La vacunación obligatoria impuesta los trabajadores de la aviación civil y pasajeros por el gobierno de Biden, que ha entrado en vigor hoy, amenaza con colapsar aún más el transporte de viajeros.
La tripulación de vuelo ya ha padecido numerosos fallecimientos a causa de las vacunas, por lo que casi la mitad del personal de la TSA (Administración de Seguridad del Transporte) aún no se ha vacunado.
Southwest, American y otras aerolíneas nacionales ya están teniendo que cancelar vuelos porque los pilotos y el personal rechazan las inyecciones. Las operaciones de transporte aéreo se verán aún más perturbadas de lo que ya están debido a la inminente escasez de personal.
A partir de hoy los trabajadores que se nieguen a vacunarse o a presentar una prueba de vacunación estarán sujetos a medidas disciplinarias, que pueden incluir el despido o la terminación del servicio federal, ha dicho Kiran Ahuja, director de la Oficina de Gestión de Personal.
A los contratistas federales también se les ha acabado el plazo para cumplir con el requisito de vacunación obligatoria del gobierno. American Airlines y Southwest Airlines, ambas contratistas federales, siguen luchando por mantener los aviones en el aire mientras el personal no vacunado se ve obligado a abandonar el trabajo.
El senador Roger Wicker de Missouri, miembro del Comité de Transporte, y el diputado John Katko de Nueva York, miembro del Comité de Seguridad Nacional, han dirigido una carta dirigida a David Pekoske, administrador de la TSA, para saber si hay planes de emergencia para garantizar la seguridad de los vuelos.
Los trabajadores sanitarios también están sometidos a la misma norma imperativa: o vacunación o despido.