Claramente el documento describe lo que la Fuerza Conjunta debe hacer y ser para proteger a Estados Unidos, sus aliados, sus socios y sus intereses en todo el mundo de aquí a 2035 […]
Los gringos señalan que el escenario que observan de aquí a 2035 será de una confrontación “abierta y violenta” con sus adversarios.
El escrito está dividido en tres grandes secciones. En la primera se describen los cambios sociales, económicos y tecnológicos que están en marcha y que pudieran alterar el entorno de seguridad de Estados Unidos. En la segunda se explora cómo la interacción de estos cambios afectará la manera en que se hará la guerra en el futuro inmediato. Por último, la tercera se refiere a toda la gama de misiones en las que ya está involucrada la Fuerza Conjunta y cómo puede evolucionar con el tiempo.
Según el documento, el futuro inmediato del orden mundial será de conflicto porque varios Estados tendrán la voluntad política, la capacidad económica y las capacidades militares para intentar imponer sus intereses. Es decir, estarán en posibilidad de hacer frente a los gringos. La brecha entre la otrora superpotencia y las potencias emergentes se reducirá drásticamente.
En materia de geografía humana, se presentará una serie de presiones sociales, económicas, ambientales y políticas al interior de algunos países más allá del punto de ruptura; el problema se derramará sobre las fronteras, y generarán amplios problemas internacionales, que convulsionarán regiones enteras donde Estados Unidos tiene intereses.
Los militares autores del documento están conscientes de que la “razón” y la política no bastarán para imponer sus intereses; con seguridad, los políticos requerirán de la “asistencia” de la Fuerza Conjunta. En este sentido, las Fuerzas estadunidenses tendrán enfrente un oponente ideológico y la lucha será “violenta”. El escenario que se observa será de subversiones y derrocamientos de gobiernos establecidos.
En el JOE 2035 se establece que, incluso, el propio territorio y la soberanía de Estados Unidos estarán amenazados.
Mención aparte merecen los riesgos generados por agentes estatales y no estatales, quienes estarían dispuestos a usar la intimidación, la desestabilización y el uso de la fuerza.
Con todo lo anterior, los estadunidenses justifican el despliegue militar que redoblarán en los próximos años. Advierten: “la Fuerza Conjunta debe prepararse para una amplia gama de misiones diseñadas para hacer frente a estos contextos”. Los objetivos son claros: “proteger nuestros intereses nacionales, disuadir conflictos, castigar la agresión o derrotar adversarios”.
Por lo que se ve, lo que están anunciando es que utilizarán todos los métodos disponibles para asegurarse que sigan siendo el país que impone sus intereses a todo el mundo. Y que no permitirán que otra potencia les dipute los recursos que considera suyos. Aún en su trayecto final, el gobierno de Obama anuncia que, gane quien gane la próxima elección presidencial, vendrán días de más guerra y saqueo.