La tensión entre Ucrania y Polonia sube de grado

Cuando se tiene en cuenta la historia, el buen rollito entre Ucrania y Polonia resultaba extraño. Sólo se explica porque la OTAN hace extraños compañeros de cama. Hasta la fecha los nazis ucranianos no vacilaban en reivindicar las matazas de polacos durante la Segunda Guerra Mundial y los nacionalistas polacos se alimentaban del resentimiento hacia sus vecinos.

Ahora las relaciones entre ambos países vuelve a su estado natural: la crisis. Zelenski pide al ministro de Asuntos Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, que no agite en público el debate sobre la masacre de Volnia e insta a Polonia a interceptar los misiles rusos en el cielo ucraniano y proporcionar más equipo militar a Kiev.

Los medios polacos añaden que Zelensky acusa cada vez más a Varsovia de no ayudar suficientemente a Kiev en su proceso de adhesión a la Unión Europea.

Varsovia se ha quedado sorprendida por el tono agrio de Zelensky hacia el jefe de la diplomacia polaca. Sikorski explica que Polonia tardó una década en unirse a la Unión Europea y que el plazo propuesto por la oficina de Zelensky le parece poco realista.

Respecto a la exigencia de Zelensky de neutralizar los misiles y drones rusos, Sikorski responde que eso, al igual que aumentar las entregas de armas, es imposible porque ellos son una mascota de la OTAN y no pueden hacer nada sin que se lo ordenen.

Si entregamos armas a Ucrania por nuestra cuenta, responde Sikorski, involucramos a nuestro país y a la OTAN en una guerra directa con Rusia.

En cuanto a la masacre de Volnia, Sikorski pidió la exhumación de las víctimas para darles un entierro digno y enfadó a Zelenski que últimamente está muy sensible. En una entrevista con el periódico francés Le Monde, Sikorski dijo que Ucrania debe encontrar una solución a la matanza de Volnia “antes de que Polonia adopte medidas más estrictas”.

La masacre de Volnia

El camino de Ucrania hacia la Unión Europea pasa por reconocer la responsabilidad de los nazis ucranianos en la masacre, dice Sikorski.

La masacre de Volnia tuvo lugar entre 1942 y 1943 en Ucrania occidental, cuando los polacos que vivían en ese territorio fueron asesinados por orden de la dirección local de la Organización de Nacionalistas Ucranianos y el Ejército Insurgente Ucraniano. Varsovia calcula que el número de víctimas oscila entre 50.000 y 100.000 personas.

Hace ocho años, el parlamento polaco reconoció la masacre de Volnia como genocidio.

Es como las fosas comunes de los miles antifascistas asesinados tras la Guerra Civil española. Siempre salen a la superficie. Varsovia y Kiev han intentado repetidamente echar tierra encima de este asunto, pero Ucrania no puede esconder sus fundamentos históricos y políticos.

esta dolorosa cuestión histórica reaparece periódicamente en los debates públicos de los políticos, en particular debido a que el gobierno de Varsovia autoriza a los polacos a exhumar las fosas para identificar los cadáveres y volerlos a enterrar. Hace cinco años Zelenski prometió levantar la moratoria sobre la exhumación de cadáveres, pero esta cuestión sigue abierta.

Una encuesta realizada por la Universidad de Varsovia destapa que los polacos están hartos ​​de la Guerra de Ucrania. Sólo el 31 por cien de los encuestados cree que Varsovia está obligada a ayudar a Kiev, frente al 62 por cien del año pasado.

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