Huawei nunca ha estado tan cerca de su independencia tecnológica. En 2019 Trump la incluyó en la lista negra y la empresa tuvo que padecer años muy difíciles. Siguió siendo fuerte en el mundo profesional, pero perdió gran parte de su sector de consumo, ya que ya no podía ofrecer nuevos productos.
Estados Unidos nunca ha dejado de reforzar sus sanciones, prohibiendo, por ejemplo, la exportación de tecnología estadounidense, para impedirle obtener los componentes necesarios para la continuación de su actividad.
Los nuevos teléfonos inteligentes de Huawei adolecían de varios defectos importantes. Sin un proveedor de microprocesadores (los fundadores están en Taiwán y utilizan tecnologías estadounidenses), Huawei se vio obligada a reciclar componentes viejos y obsoletos sin 5G. Los “expertos” decían que China podría tardar una década en ponerse al día, lo que condenaba a Huawei a un retraso tecnológico permanente.
Sin embargo, con su Mate 60 lanzado en agosto de 2023, Huawei provocó un terremoto. Por primera vez, un teléfono inteligente chino, con un microprocesador chino, parece capaz de competir con lo que se hace en otros lugares.
Cuando Huawei fue incluido en la lista negra, los últimos microprocesadores estaban grabados en 7 nanómetros. Cuanto más fina es la inscripción, más moderno es el proceso de grabado, lo que permite ofrecer microprocesadores energéticamente más eficientes.
Al mismo tiempo, China probablemente pudo producir microprocesadores de 45 nm, lo que no habría tenido sentido en un teléfono inteligente. Algunos medios chinos afirmaron que la fundición china SMIC estaba trabajando en microprocesadores grabados en 14 nm, pero los “expertos” lo ponían en duda. En cualquier caso, un microprocesador de teléfono inteligente grabado en 14 nm no habría sido adecuado para un dispositivo de última generación.
Cuatro años después, SMIC desarrolló un microprocesador grabado en 7 nanómetros, con compatibilidad 5G. El Kirin 9000, que retoma a grandes rasgos lo que Huawei estaba haciendo en 2020 con su Kirin 9000, permite al fabricante chino volver al punto de partida, sin la ayuda de los estadounidenses y los taiwaneses. Una verdadera hazaña tecnológica. Trump le hizo un favor a su rival al animarle a acelerar sus planes de desarrollo.
Estados Unidos pensó en hundir a Huawei, pero China ha acortado su retraso. Es poco probable que veamos microprocesadores chinos llegar a nuestros teléfonos inteligentes en un futuro próximo. Sin embargo, algún día SMIC podría convertirse en una alternativa real en Taiwán para las marcas que quieran diseñar sus propios microprocesadores. Un escenario que nadie habría considerado creíble en 2019.