Estados Unidos ha levado a cabo la Operación Highmast, un ejercicio naval sin precedentes, para el cual reunió a las flotas de sus compinches en una coreografía bélica gigantesca que ha durado ocho meses y se ha movido desde el Mediterráneo hasta el Pacífico.
Uno de los objetivos ha sido mantener a China bajo tensión y otro una prueba a gran escala para probar la fidelidad de los secuaces, severamente puesta a prueba por la crisis reciente de los aranceles.
En torno a los gigantes del británico HMS Prince of Wales y el japonés JS Kaga, seis países unieron fuerzas en el Pacífico para simular escenarios de alta intensidad: ataques aéreos sincronizados, seguimiento submarino e incluso proyecciones de fuerza desde islas estratégicas.
La advertencia que acompañaba a esta parte de la operación estaba dirigido contra China: no va a ser sencillo recuperar Taiwán sin recurrir a la fuerza.
Los imperialistas no ocultan sus intenciones que, en todo el mundo, son las mismas. No hay nada que se pueda escapar de su control. Una parte de la operación se llevó a cabo en el Mediterráneo y la aviación inglesa habló de la OTAN y de la “seguridad mundial” (1), es decir, que sus tentáculos se extienden por todas los rincones.
Pasando por Oriente Medio, las maniobras llegaron al Pacífico, con la participación de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Reino Unidos, además de Estados Unidos. Coincidieron con el ejercicio militar Han Kuang que lleva a cabo Taiwan todos los años durante diez días (2).
Es una manera disimulada de mantener a la isla, no reconocida internacionalmente, dentro de las alianzas militaristas que Estados Unidos quiere preservar en el Pacífico sin provocar a China más de lo necesario.
(1) https://www.raf.mod.uk/news/articles/operation-highmast-why-it-matters/
(2) https://news.usni.org/2025/07/10/u-s-marine-f-35s-operate-from-u-k-aircaft-carrier-in-the-pacific
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