Los rebeldes colocaron puestos de control en la entrada de Ataq antes de tomar los edificios gubernamentales, mientras que las fuerzas militares asociadas a los anteriores tomaron también la base aérea de Muhra, fuera de la ciudad.
Los jefes de las tribus y los responsables de seguridad han facilitado la entrada de los rebeldes en Ataq, lo que muestra el creciente apoyo de la población. Los edificios gubernamentales y de seguridad están ahora en manos de Ansarolá y otras fuerzas que luchan contra los restos del ejército que aún permanecen leales al depuesto presidente Hadi.
Poco antes de asalto, la base aérea de Muhra fue atacada por aviones saudíes, que también intensificaron los bombardeos contra la provincia de Shabwa y el edificio del Ministerio de Defensa en Sanaa, la capital. Por otro lado, aviones egipcios han participado por primera vez en ataques en Yemen, siendo así Egipto el tercer país en unirse a estos ataques contra Yemen.
La coalición rebelde está ya a punto de tomar una de las principales instalaciones económicas del país. Se trata de una instalación de exportación de gas en la región de Belhaf, sobre el Mar Arábigo. Se aproximan también a la provincia de Hadramut, uno de los feudos de Al Qaida en la Península Arábiga.
Dos bases de la Guardia Republicana, la principal fuerza de élite del país, fueron también atacadas. Asimismo, un depósito de alimentos al oeste de la capital fue también atacado.