El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que la falta de acuerdo sobre el techo de la deuda de Estados Unidos podría tener consecuencias sumamente negativas para la economía, pero que el banco central no intervendrá en el debate político sobre el tema.
“Realmente el Congreso necesita elevar el techo de la deuda, es la única salida”, dijo ayer Powell a los senadores durante su testimonio semestral ante el Comité Bancario del Senado. “Si no lo hacemos, creo que las consecuencias son difíciles de estimar, pero podrían ser extraordinariamente adversas y causar un daño duradero”.
“No buscamos intervenir en esos asuntos políticos”, agregó Powell, que dijo que el pulso está entablado entre el poder ejecutivo y el Congreso.
Los legisladores del Capitolio siguen inmersos en un desacuerdo sobre el aumento del límite legal de endeudamiento del gobierno. Algunos republicanos han insistido en que la Casa Blanca acuerde futuros recortes del gasto antes de elevar el techo. Biden se ha negado a negociar, afirmando que el gobierno debe limitarse a cumplir sus obligaciones actuales.
La deuda pendiente de Estados Unidos alcanzó su límite legal de 31,4 billones de dólares en enero. La Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo entonces a los dirigentes del Congreso que su departamento podría seguir pagando las facturas del gobierno al menos hasta principios de junio mediante la aplicación de maniobras de ingeniería contable que disimularan la quiebra.
La lucha por el límite de deuda también añade un factor de complicación a los esfuerzos del banco central por recortar su enorme balance, lo que se conoce como ajuste cuantitativo. Las restricciones impuestas al Departamento del Tesoro por el límite de la deuda podrían acabar amplificando parte del impacto de la emisión de moneda a finales de este año y podrían impulsarlo a un final prematuro.
Los dirigentes de la Reserva Federal aseguran que vigilan de cerca los mercados monetarios y que están preparados para el ajuste, si es necesario.