Con ocasión de la cumbre de la OTAN que se ha celebrado en Washington y el 75 Aniversario de la fundación de la Alianza, la revista Foreign Affairs publicó un artículo con una insólita referencia a una petición de Putin a la OTAN, antes del comienzo de la Guerra de Ucrania, para que no colocara misiles de largo alcance en las proximidades de la frontera rusa (*).
No es la única confesión sorprendente del artículo, donde se puede leer también un breve inciso sobre la incorporación de Noruega al final de la Segunda Guerra Mundial.
Como tantos otros países europeos, en 1945 Noruega se liberó de la ocupación nazi gracias al Ejército Rojo. Por lo tanto, no tenía ningún motivo para temer nada de la URSS. Si la URSS no invadió Noruega en 1945, cuando pudo hacerlo, ¿por qué se incorporó a la OTAN? ¿de quién tenía miedo?
Las amenazas soviéticas y rusas siempre han sido así. Noruega, que aún hoy debería seguir haciendo reverencias al Ejército Rojo, no quiso declararse neutral y se pasó al bando de los que pretendían cercar a la URSS, exactamente igual que Ucrania 75 años después.
Pero el artículo lo que propone es que, en unas negociaciones de paz, debe ser Ucrania quien decida el territorio que debe ceder a Rusia, aunque pone a Alemania como ejemplo: en 1945 se dividió pero en 1990 se reunificó. La frontera con Rusia quedaría congelada provisionalmente. Ucrania debería “aguantar” unos años con la promesa de una futura reunificación.
Además, Ucrania también debería aceptar algunas “autolimitaciones”. No podría estacionar tropas extranjeras de manera permanente, así como tampoco armas nucleares, con la advertencia noruega de que estos límites sólo serán válidos mientras Ucrania no sea atacada o amenazada.
Finalmente, también debería comprometerse a no utilizar la fuerza militar más allá de la frontera provisional.
Una vez que el gobierno ucraniano realice estas concesiones, la OTAN podría ampliar la declaración unilateral de Kiev con una declaración similar. El objetivo es que Ucrania se incorppore a la OTAN lo antes posible, antes del 20 de enero del año que viene porque es la fecha en la Trump tomará posesión de la Presidencia.
El objetivo es comprometerle, presentarle ante los hechos consumados.
La posibilidad de que Rusia acepte unas negociaciones de paz sobre los fundamentos que propone la revista Foreign Affairs son nulas. Ni siquiera van a lograr que siente a la mesa.
(*) https://www.foreignaffairs.com/ukraine/better-path-ukraine-and-nato