Este año la concesión del Premio Nobel de la Paz ha pasado desapercibida porque le ha correspondido a la periodista filipina Maria Ressa, de 58 años, que ha lanzado una furibunda crítica en la ceremonia de entrega del galardón ante la familia real en Oslo.
Ressa dirigió su ataque contra los grandes monopolios tecnológicos (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft). Dijo que estaban acabando con la información libre y difundiendo una narrativa tóxica sobre la pandemia.
“Su poder casi divino ha permitido que el virus de la mentira nos infecte a todos, poniéndonos en contra de los demás, sacando a relucir nuestros miedos, nuestra ira, nuestro odio y allanando el camino para el ascenso de líderes autoritarios y dictadores”, añadió Ressa.
Tras una carrera en la que ha cubierto la corrupción y las violaciones de los derechos humanos en su país, la periodista criticó el dominio mundial de los grandes monopolios tecnológicos sobre la opinión pública, así como la negación de hechos e informaciones fiables “esenciales en tiempos de pandemia”.
El Tribunal de Apelaciones de Filipinas autorizó a Ressa, que está en libertad condicional, a viajar a Noruega sólo durante cinco días para la ceremonia de entrega del Premio.
El discurso de Ressa es una aportación valiosa en un momento en que la mayoría de los periodistas se han convertido en meros mercenarios que escriben al dictado.
Para muestra sirve un botón: hace unos días Instagram, o sea Facebook, censuraba una cita de Thomas Paine escrita en 1776. “Quien no se atreve a ofender, no puede ser honesto”. Los “verificadores de hechos” dijeron que Paine era un mentiroso y retiraron la frase de internet.
La presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, expresó su preocupación: “Llevar la información al público puede por sí mismo prevenir la guerra. El papel de la prensa es levantar el velo de la agresión y el abuso de poder, contribuyendo así a la paz”.
Muy bien
En este IV Reich
-con esvásticas y brazos en alto
a las ciurcunstancais adaptados-,
las palabras de Maria Ressa
es un rezo de denuncias
que llegan como agua fresca
a los desiertos y páramos
dónde estamos amarrados.
Pero esos monopolios tecnológicos,
Google,
Amazon,
Facebook,
Apple,
Microsoft,
Cinco Dedos
de la misma Mano -claro-,
conforman, en la unicidad de su conjunto,
la Global Dictadura Imperialista actual
(the Project for the New American Century, PNAC,
lo llamamos nosotros)
Y al respecto recordamos
lo que dice el Budismo Zen
que siempre es muy recurrente
y oportuno para parabolizar
lo que nos ocurre:
«Hace falta un dedo
para señalar la Luna,
pero ay de aquel
que confunda
el dedo con la Luna»
Si, esos ‘Cinco Dedos’,
denuncian y señalan Muy Bien esa ‘Luna’
que está «acabando con la información libre
y difundiendo una narrativa tóxica
sobre la pandemia»,
pero se olvida que forman parte
de esa misma Mano citada
que, por su nombre,
quedó relegada.
Si, nos hacen falta
esos Cinco Dedos
para indicar la ‘Luna’ de marras,
pero no los confundamos con ella
porque pertenecen a una Mano,
que, por su nombre,
quedó inmencionada…
y es sobre esa Mano
-llamándola por su propio nombre-
sobre la que hay
que levantar la conciencia
para que, cuánto antes, sea cortada…
antes de que siga amputándonos
las frágiles Esperanzas…