La Fundación Ford es hoy “la fachada filantrópica de la CIA”, pero desde su origen ha desempeñado un papel fundamental en la financiación del fascismo y de los movimientos más reaccionarios del mundo. Más recientemente también viene jugando un papel fundamental en la creación del feminismo burgués. Sin el dinero de la Fundación, las ideologías “de género” no hubieran cuajado en las universidades, y por extensión, en las luchas políticas.
Hay más de 800 programas de estudios “para la mujer” que imparten miles de cursos en institutos y universidades de Estados Unidos. Cientos de escuelas ofrecen una licenciatura en estudios de mujeres. Cerca de treinta imparten maestrías y otras han creado programas de doctorado. El primero se estableció en la Universidad pública de San Diego en 1969-70 y al año siguiente se ofrecían aproximadamente 100 cursos de estudios “para la mujer” en las escuelas de todo el país. En 1971 se impartían más de 600 cursos y en 1978 había 301 programas completos en funcionamiento. Ese número se duplicó con creces hasta los 621 programas en 1990.
En 1971 un grupo “feminista” se acercó al presidente de la Fundación, McGeorge Bundy, para crear un movimiento “de la nada”, dice Shuld. A partir de entonces la Fundación empezó a financiar a pequeñas organizaciones de “defensa de la mujer” y también a crear un nuevo área de estudios “de género”.
Al año siguiente la Fundación anunció el primer programa de becas de un millón de dólares para la “investigación de tesis doctorales y docentes sobre el papel de la mujer en la sociedad”. Los demás siguieron a Ford. Entre 1972 y 1992 los programas de estudios “de género” recibieron 36 millones de dólares de Ford y otras fundaciones parecidas.
Bajo la dirección de Franklin Thomas, en los ochenta el “enfoque de género” se introdujo en todas las subvenciones de Ford y los que supervisan los programas recibieron órdenes de examinar todas y cada una de las propuestas para comprobar su componente “de género”. Si no hay “enfoque de género” no hay dinero. Ya no sólo se financiaban estudios típicamente “de género” sino que todos los proyectos debían tener algún componente de ese tipo. Todos los problemas se debían analizar a través del prisma de “género”.
En 1985 Ford creó el Foro del Programa de Mujeres, un consorcio de donantes y funcionarios de la Fundación encargados de controlar las decisiones de financiación que se toman en todo el mundo en nombre de los asuntos “de género”.
La creación de la Iniciativa de Diversidad del Campus en 1990 llevó a la Fundación a cambiar los curriculos. Una consecuencia de aquel esfuerzo fue el Área de Estudios de la Mujer y el Proyecto de Integración Curricular de Estudios Internacionales (WSAIS), coordinado a través del Centro Nacional de Investigación sobre la Mujer (NCRW)
La Fundación ha impuesto la ideología “de género” en todas las áreas de estudio, incluidas las ciencias puras. Por ejemplo, han estudiado la misoginia en la Novena Sinfonía de Beethoven o las formas femeninas de analizar el metabolismo celular. El punto de partida es que cada disciplina, cada función administrativa y cada curso ha sido diseñado por un patriarcado opresivo y, en consecuencia, debe ser reformado.
La Fundación es uno de los más importantes sostenes de la Asociación Nacional de Estudios de la Mujer, ubicada en la Universidad de Maryland. De ella forman parte directores de programas de estudios de género, docentes, estudiantes e investigadores individuales. Alberga una conferencia anual de Estudios de la Mujer y una red de correo electrónico pagada con dinero de Ford.
En 2001 la Fundación otorgó a la Universidad de Maryland una subvención de 50.000 dólares para organizar una conferencia sobre el desarrollo de programas de doctorado en estudios de mujeres. Aunque la subvención está incluida en la lista de la Universidad, es evidente que la conferencia fue organizada por la Asociación de Estudios de Mujeres.
La Universidad de Rutgers es una receptora frecuente del dinero de Ford para estudios “de género”. En los últimos años, ha recibido 300.000 dólares para apoyar la intervención de las mujeres en materia de derechos humanos en la mundialización; 100.000 dólares para estudiar la discriminación racial y “de género” en las principales publicaciones comerciales; una donación de 500.000 dólares para el Instituto de Dirección de la Mujer de la universidad; 100.000 dólares para estudiantes de Rutgers involucrados en la Conferencia de la ONU de Pekín sobre la mujer; 320.000 dólares para el Rutgers Center for the American Woman and Politics; y 346.000 dólares para el Instituto de Dirección de la Mujer para apoyar programas en la educación superior.
Smith College recibió 259.100 dólares en 2003 por la conservación de archivos de las obras recopiladas de Gloria Steinem y por un proyecto de historia oral sobre “feminismo” y desarrollo de colecciones relacionadas. Smith también recibió 210.000 dólares para Meridians, una revista interdisciplinaria de becas y escritos creativos de mujeres negras y del Tercer Mundo.
En 1981 había 29 centros de investigación sobre mujeres en Estados Unidos; hoy hay más de 60 centros universitarios. Ford también ha apoyado centros independientes de investigación para mujeres que pueden servir para coordinar la investigación y los enredos políticos de los centros universitarios.
El Centro Internacional de Investigación sobre la Mujer recibió una donación de 1 millón de dólares en 1997 para un programa de cinco años para lanzar estudios de la mujer en otros países. La Fundación ha invertido millones para establecer estudios de mujeres en China, Israel y varios países de Latinoamérica, ampliando así el alcance del feminismo burgués y consolidando sus vínculos con las conferencias de la ONU que abordan la cuestión de la mujer, la infancia, la salud y la población. Gracias a la Fundación Ford, ya hay 400 organizaciones de mujeres y 55 programas de estudios de mujeres sólo en Brasil.
(*) https://www.jstor.org/stable/40004021 https://www.reddit.com/r/MensRights/comments/7mqvh5/how_the_ford_foundation_created_womens_studies/
Claro que sí, estas notas ayudan a entender cómo puede ser que gente Angela Davis y Naomi Klein llamen a votar por Biden. El identitarismo es un bofe barato del imperialismo para alimentar a la pequeña burguesía: ilusionar, confundir, recompensar.