El viernes Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, fue escenario de un incidente diplomático que demuestra el odio incubado en las poblaciones africanas hacia el colonialismo francés.
Dos diplomáticos franceses y un guardia de seguridad fueron atacados violentamente por la policía y los fiscales congoleños en un desahucio de las instalacioes diplomáticas.
Todo empezó cuando los policías, acompañados por los fiscales, se presentaron en las viviendas de diplomáticos franceses en Kinshasa. Se disponían a realizar una “redada contra propiedades del Estado francés”, olvidando que las residencias diplomáticas están protegidas por convenios internacionales que garantizan su integridad e inviolabilidad.
La policía había sido movilizada por civiles que iniciaron un juicio para desahuciar a los diplomáticos franceses de las viviendas como si fueran okupas. Los diplomáticos, entre ellos el Primer Consejero de la Embajada y el Asesor Cultural, se vieron atrapados en una situación muy tensa.
La situación degeneró rápidamente y el asesor cultural, ocupante de una de las villas, fue violentamente atacado. La policía lo golpeó, lo obligó a entregar las llaves de su residencia y luego procedió a registrar y retirar los muebles de la villa. El diplomático, gravemente herido, tuvo que ser hospitalizado de urgencia. Sólo pudo salir del hospital unos días después, dando testimonio del ataque.
Los otros dos diplomáticos presentes no sufrieron lesiones físicas tan graves.
El gobierno congooleño ha ordenado una investigación inmediata para determinar la responsabilidad. Al menos cinco policías implicados en la operación han sido detenidos y están sujetos a procedimientos disciplinarios.
La ministra de Asuntos Exteriores de la República Democrática del Congo, Thérese Kayikwamba, publicó un comunicado de prensa en el que lamenta el incidente y asegura que tomarán medidas para garantizar que incidentes como este no vuelvan a ocurrir.