Una comisión de la Cámara Alta ha emitido un informe en el que expresa su preocupación por una propuesta del Ministerio del Interior de aumentar de uno a cuatro meses el perodo de preparación que los niños espías deben pasar para garantizar su seguridad, tanto física como psicológica.
Ben Wallace, el funcionario del Ministerio del Interior cuyas discusiones con la comisión se han publican en el informe, argumenta que los niños tienen acceso único a la información, especialmente cuando se trata de pandillas. “Puede ser difícil reunir pruebas sobre las pandillas sin infiltrarse en sus miembros gracias a los menores CHIS [Fuentes Encubiertas de Inteligencia Humana]. Los menores de CHIS pueden proporcionar a los investigadores una mejor visión general, por ejemplo, de cómo los jóvenes se comunican entre sí en las pandillas”, explica. “Aunque los investigadores quieren evitar el uso de jóvenes, el despliegue bien organizado de menores puede ayudar a detectar y prevenir el crimen y la delincuencia”, añadiendo que no hay estadísticas sobre su número exacto, pero que es “muy bajo” según sus estimaciones.
Una explicación que dista mucho de ser convincente en Gran Bretaña, donde muchas personas de la esfera política y social se han indignado por esta práctica hasta ahora ignorada. “Inscribir a los niños soldados en los rincones más oscuros de la vigilancia policial y exponerlos intencionadamente a redes terroristas, criminales o de abuso sexual -potencialmente sin el consentimiento de sus padres- va directamente en contra de las obligaciones de derechos humanos del gobierno, que colocan el interés superior de los niños en el centro de las decisiones que los afectan”, denuncia Rosalind Comyn, de Humans Rights Watch.
Jenny Jones, una militante de Los Verdes con escaño en la Cámara de los Lores, expresó su asombro por el hecho de enterarse de que la policía utiliza a los niños como espías.
Jones tiene la intención de presentar una “moción de rechazo” en el Parlamento, que no tendrá ningún efecto vinculante para el gobierno, pero que llamará la atención de los lores sobre este crimen.
El capitalismo, decía Lenin, conduce a la degeneración más absoluta. La burguesía no se para ante nada con tal de sostenerse en el poder. En el Tercer Mundo todos se lamentan se que haya niños soldado; veremos si aquí se quejan otro tanto de que haya niños espías, soplones y confidentes.