Esta manifestación se celebró en respuesta a otra, que se estaba llevando a cabo simultáneamente por los miembros de Pegida, que se reunieron cerca de la estación central de trenes de Berlín.
Los fascistas se reunieron frente a una tribuna improvisada para escuchar los discursos xenófobos. Portaban banderas de Alemania y nazis gritando consignas contra la canciller Angela Merkel.
El dirigente del Partido Nacional Demócrata de Alemania, Sebastián Schmidtke, el mayor partido neonazi desde 1945, fue visto entre la multitud junto con miembros del grupo “Ciudadanía del Reich”, una organización sectaria que reclama el Reich alemán y sostiene que el mismo sigue existiendo e incluso emite pasaportes en su nombre.
En un momento, un grupo de antifascistas salió de la estación lanzándose contra los neonazis. Los enfrentamientos estallaron, con algunas personas lanzando botellas de vidrio.
Las manifestaciones en Berlín fueron programadas para el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.