José Ángel Fernández Villa |
El dirigente de UGT, que al mismo tiempo era confidente de la policía desde los tiempos franquistas, utilizó al sindicato como pantalla para lucrarse, valiéndose de la opacidad fiscal para desviar fondos.
Un juzgado acusa al sindicalista de blanqueo de capitales, malversación de fondos públicos y apropiación indebida.
La empresa minera Hunosa pagó 541.057 euros a Fernández Villa de manera encubierta, bien mediante el cobro de cheques (243.462 euros, durante el periodo 1989 y 2001) o a través de transferencias a las cuentas del SOMA-UGT (297.594 euros, desde 2001 hasta 2012).
Hasta 2011 Fernández Villa encargaba a sus dos secretarias personales que cobrasen los cheques emitidos a su nombre por parte de Hunosa para el pago de dietas a los miembros del comité intercentros, alegando que esos talones formaban parte de sus salarios y sugiriéndolas “discreción” durante el cobro.
Sobre el sindicalista pesan graves acusaciones. Su mano derecha era el constructor José Antonio Postigo, a quien colocó al frente del Montepío de la Minería. Otro constructor, Juan Antonio Fernández, construía entonces una obra faraónica: el geriátrico de UGT en Felechosa a costa del dinero (31 millones de euros) de los trabajadores de las minas.
El geriátrico fue una obra ruinosa, otra más. Nunca tuvo una ocupación que lo rentabilizara, a pesar de la campaña de promoción que llegó a apoyar con su presencia en una visita oficial el actual rey Felipe VI. La bancarrota del geriátrico acabó vaciando los fondos del Montepío minero (2).
Durante el franquismo, para ejercer su labor de chivato, Fernández Villa se relacionó con la CNT y las Comunas Revolucionarias de Acción Sindicalista, un colectivo presente en Langreo y Gijón.
Fue senador por el PSOE entre 1999 y 2003. El 13 de octubre de 2009 fue condecorado por el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, con la Medalla del Mérito en el Trabajo.
(2) http://www.atlanticaxxii.com/2977/se-buscan-colaboradores-necesarios-de-villa