No es que la derrota de Ucrania en la guerra sea previsible, sino que ya es un hecho. Ahora hay que discutir cómo van que dar las cosas el día después de su formalización sobre una mesa de negociaciones, de la que sabemos que tendrá tres pilares: Rusia, la OTAN y Ucrania.
De momento hay que dejar a Polonia fuera de esa mesa, porque ya ha empezado a dar pasos por su cuenta. Persigue sus propios objetivos, que son territoriales: apoderarse del “kresy” oriental, es decir, los territorios ganados durante la guerra civil rusa de 1922 y luego perdidos en 1939.
En la mesa Ucrania ha empezado a ser un problema para la OTAN porque sigue creyendo que puede recuperar Crimea y el Donbas y, además, entrar en la OTAN, aunque sea por la puerta trasera. Es imposible, y la primera parte de la negociación ya ha empezado: la OTAN trata de convencer a Ucrania de que arroje la toalla.
A la “fórmula mágica” de Stian Jenssen, jefe de gabinete del secretario general de la OTAN, sobre las concesiones territoriales a cambio de la incorporación a la Alianza militar, se le ha sumado el antiguo presidente francés Nicolas Sarkozy: la anexión de Crimea por parte de Rusia es irreversible. El discurso oficial comienza, pues, a cambiar.
Según la CNN los dirigentes estadounidenses son escépticos sobre el enfoque que Ucrania muestra sobre Crimea. Ven este enfoque como «en el mejor de los casos, una distracción», señalando los riesgos de estirar demasiado los recursos militares ucranianos entre diferentes frentes de ataque.
Sin embargo, los imperialistas sólo saben negociar desde posiciones de fuerza. Las conversaciones “de paz” no empiezan cuando la guerra termina, sino que forman parte de la guerra misma.
Pero es imposible presionar a Rusia cuando la contraofensiva se acabó antes de empezar. Ya sólo queda la opción del desgaste y comprobar quién es el que se desgasta más o más rápidamente.
Para ello hay que seguir enviando material de guerra a Ucrania. Países Bajos y Dinamarca van a entregar 42 cazas de combate F-16. Pero los aparatos no estarán operativos antes del año que viene porque hay que ponerlos a punto, hay que adiestrar a los pilotos…
Algunos medios estadounidenses ya dicen que el envío de los F-16 se lleva a cabo sin ninguna esperanza de avance sobre el campo de batalla. La ayuda militar ya no es una muestra de fortaleza de Ucrania, sino de debilidad. Nadie cree que el curso de la guerra pueda cambiar con más o mejores armas.
La suerte parece echada. A las potencias occidentales la situación se complica por momentos. Ya no pueden seguir diciendo que Ucrania tiene la culpa y que no es capaz de avanzar ni un paso, a pesar del norme apoyo militar y diplomático que ha recibido.
En occidente cada vez se escuchan más voces culpando a los gobiernos propios.
«No es que la derrota de Ucrania en la guerra sea previsible,
sino que ya es un hecho»
Y es axiomático.
Y uno se pregunta:
¿Y los 400.000-500.000 ucranianos pulverizados,
mutilados, heridos y desentornillados por vida,
para qué han servido?
¿Y lo que decían los talabarteros del imperialismo
de «hasta la última gota de sangre del último ucraniano,
dónde queda ahora?
¿Qué es todo este infernal aquelarre imperialista
de Torquemadas y Quemadas-Tor?
Y habrá que terminar diciendo como Albert Camus:
«Estamos viviendo en la era de la premeditación y el crimen.
Una vez el crimen era un solitario grito de protesta;
ahora es tan universal como la ciencia. Ayer era llevado
a juicio, hoy el crimen determina la ley»
No me cuadran en absoluto los «números» en esta afirmación, y menos despues de oir esta misma tarde que EEUU ha enviado una gigantesca partida de municiones de todo tipo para Ucrania, siendo esta enorme partida con diferencia la más grande en municiones enviada jamás a ningún país (nada menos que más de 250 millones de dòlares sòlo en MUNICIONES, una verdadera animalada que comprende centenares de miles de proyectiles de todo tipo!!!!!).
Si quisieran obligar a Ucrania a negociar desde luego que no harían estos envíos…..