Los intoxicadores occidentales llaman “flota fantasma” a los mercantes y petroleros que enarbolan un pabellón de conveniencia pero cuyo propietario real es Rusia. En su mayor parte son barcos viejos comprados o alquilados para burlar las sanciones occidentales.
Los cinco pabellones principales de los barcos son los de Panamá (17,3 por cien), Liberia (12,4 por cien), Rusia (11,4 por cien), Marshall (8,4 por cien) y Malta (6,4 por cien). En el 44 por cien restante están las Islas Cook, Gabón, Liberia, Camerún, Palau, Azerbaiyán, Vietnam, China y otros.
Pero además del buque, Rusia tiene que ocultar el origen de la carga mediante la “triangulación” de los documentos.
Su número no se conoce. Algunas fuentes indican que hay casi 600 buques en la “flota”, aunque otras indican que en los últimos seis meses unas 1.400 embarcaciones de la “flota” han cruzado el Mar Báltico, con casi 26.000 trayectos.
No es casualidad que los imperialistas pretendan bloquear el Mar Báltico, convirtiéndolo en un lago interior de la OTAN, porque es la arteria principal del comercio marítimo ruso. Los barcos circulan por la superficie y los gasoductos y cables submarinos por el fondo.
Como ya hemos explicado en entradas anteriores, actualmente los europeos planean piratear los petroleros rusos que transitan por el Mar Báltico con pretextos seudoecologistas. Lo más probable es que provoquen una explosión, responsabilicen a Rusia y aprovechen el vertido de crudo al mar para empezar la campaña de intoxicación y amenazas.
El Departamento Marítimo de Copenhague quiere comenzar a realizar controles de los buques anclados fuera de Skagen, una ciudad estratégica danesa situada en el promontorio de Grenen, que separa Estrecho de Skagerrak de Kattegat.
La medida es “una respuesta al aumento de la actividad de los buques viejos que transportan petróleo en aguas danesas”, ha explicado el Departamento. Anteriormente, esos controles no se realizaban cuando un barco entraba en el puerto en Copenhague, que era muy rara en el caso de los petroleros rusos.
Es un cambio importante en la política de Dinamarca, que siempre ha argumentado que no interferiría el tránsito de buques rusos en sus aguas sobre la base del tratado de libre navegación de 1857, permitiendo que los barcos pasen libremente por el Estrecho danés.
Dinamarca se está alejando cada vez más de las leyes marítimas internacionales, imponiendo restricciones ilegales a la navegación. Desde el mes de diciembre pasado, revisa las pólizas de seguros de los petroleros en tránsito… si sospecha que son rusos.
Sin embargo, Dinamarca no puede bloquear el Mar Báltico a los buques rusos sin el apoyo naval de la OTAN, lo que puede tener consecuencias catastróficas. La ONU considera que, en ausencia de una declaración de guerra, el bloqueo de los puertos y los estrechos es un acto de agresión. Para aparentar que actuan dentro del derecho marítimo internacional, van a considerar que la “flota fantasma” está fuera del principio de “libre navegación”.
El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) así lo ha señalado. La amenaza de escoltar a los petroleros rusos con barcos de guerra es un “aviso a navegantes”.