La maquinaria rusa de guerra aún no ha alcanzado su máximo rendimiento. “Los pirómanos planean enviar más de 400 tanques a Ucrania, tiempo durante el cual produciremos más de 1.600 tanques nuevos, la cantidad total de tanques del ejército ruso será más de tres veces la cantidad de tanques de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, ha prometido Putin.
Algo parecido ha dicho Dmitri Medvedev durante su visita a las fábricas rusas de armamento, invocando el discurso que pronunció Stalin al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Medvedev confirmó que ahora Rusia estaba construyendo 1.500 tanques al año. Los tanques nuevos suman entre 200 y 250 anuales, a los que hay que sumar otros 600 ó 650 más que mejora.
El año pasado Shoigu ordenó duplicar la producción de tanques nuevos únicamente, para lo cual van a levantar dos nuevas fábricas rusas dedicadas a modernizar equipos antiguos, como los T-72 y los T-90, lo que aumentará enormemente la producción.
Las declaración de Putin y Medvedev no son una coincidencia. Rusia puede llegar a producir más de 400 ó 500 tanques nuevos este año y modernizar otros 1.000.
No se conocen con exactitud las pérdidas. Las peores estimaciones hablan de la destrucción de 1.600 tanques desde el comienzo de la guerra. Si son aproximadas, confirman que Rusia es capaz de recuperar sus pérdidas o lo hará pronto, ya que probablemente fabricó entre 800 y 1.000 tanques en total el año pasado y se espera que produzca otros 1.500 este año.
El año que viene podría volver a los niveles de producción soviéticos de 2.500 ó 3.500 tanques anuales, una cifra que sigue siendo exigua en comparación con la Segunda Guerra Mundial, cuando la URSS fabricaba entre 50.000 y 100.000 tanques al año.