Las imágenes son escalofriantes: un legionario le pide a uno de los prisioneros que se levante mientras otros lo pisan con violencia y los colocan para poder pegarles mejor. Si alguien les pidiera a estos legionarios que explicaran lo que hicieron, ¿cómo justificarían sus actos? ¿Qué puede pasar por la cabeza de estos hombres para hacer algo así?
Registros de detenidos perdidos, testigos que se retractan, testimonios que la justicia no utiliza… Estos elementos podrían formar parte de una película de suspense; pero son la realidad, concretamente la que tuvo lugar en la “Base España” de Diwaniya, Irak, en 2004, y en años posteriores.
En 2013 Amnistía Internacional se dirigió al ministro de Defensa, Pedro Morenés, expresando su preocupación por los hechos reflejados en el vídeo y pidiendo que se realizara una investigación en la justicia ordinaria, no en la militar.
A finales de 2015 la ONG tuvo acceso a parte del expediente y a los autos que dictaron las distintas instancias militares: transcripciones de escuchas telefónicas, de testimonios, e incluso fotos de quienes podrían haber sido los presuntos autores de la brutal paliza.
La investigación sobre torturas está repleta de irregularidades. Por ejemplo, hay dos testigos que reconocen a los soldados que dieron la paliza. Uno de ellos (el que filmó los hechos) posteriormente se desdice y afirma que no sabe nada de lo que pasó y que, cuando declaró lo contrario, estaba confundido.
También se abrió una investigación por amenazas al testigo, que quedó archivada. Las sospechas de irregularidades quedaron más claras. El otro testigo, que vio el vídeo sin pixelar, simplemente no fue tenido en cuenta por la justicia militar. Así, sin más.
El libro de detenidos, con el que se permitiría identificar a las víctimas de los malos tratos, se perdió. Esta pérdida no se ha investigado. Además, parte de la información de los detenidos en la base española fue proporcionada por un informe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. En este documento aparecen nombres, número de pasaporte, domicilio y otros datos de las personas detenidas. Pues bien, la justicia militar no ha hecho nada para preguntarles a estos detenidos si son ellos los que aparecen en el vídeo.
Un caso de tortura como éste no puede quedar impune. No entendemos quién se puede reír después de preguntar si se han cargado a una persona.
http://doc.es.amnesty.org/cgi-bin/ai/BRSCGI.exe/EUR4110016-27660+Torturas+Irak?CMD=VEROBJ&MLKOB=35209762728
Pues sí…. si alguien se cree que en el ejército español, el mismo que gano la "Cruzada", se va investigar a si mismo… Es lo mismo que creer que por estas tierras tenemos una democracia. La tenemos si, todavía se aplica aquella maravillosa democracia "orgánica"