La inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, no va a reducir la fuerza de trabajo, sino que va a cambiar su composición interna. El trabajo simple (no cualificado) será sustituido por trabajo complejo (cualificado). Se reducirá en unos sectores económicos y aumentará en otros.
No es ninguna sorpresa para quienes conozcan las tesis económicas de Marx: aumentará el número de puestos de trabajo para la mano de obra que trabaja con las tecnologías informáticas más avanzadas.
Un estudio del Banco Central Europeo analizó el mercado laboral de 16 países europeos entre 2011 y 2019, un periodo que coincide con el auge del aprendizaje profundo, que está en el corazón de la inteligencia artificial.
Las conclusiones de su estudio van en contra de los temores iniciales: “Las profesiones más expuestas potencialmente a los nuevos desarrollos tecnológicos y en particular a la inteligencia artificial son las que han visto una mayor creación de empleo”, concluyen. Las nuevas tecnologías ayudan más a aquellas profesiones en las que se supone que las tecnologías reemplazan la fuerza de trabajo (1).
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores identificaron primero los sectores más afectados por la aparición de la inteligencia artificial, que logró avances significativos en el análisis de imágenes y textos en la década de 2010. Entre el 23 por cien y el 29 por cien de toda la fuerza de trabajo en los países europeos estudiados se encontraban en un escenario así. Se trata de puestos como matemáticos, analistas financieros o incluso desarrolladores de programas, puestos altamente cualificados.
Las nuevas tecnologías no sustituyen a muchas personas en esas profesiones. Sin embargo, en 2013, un estudio realizado por dos investigadores de la Universidad de Oxford, concluyó que el 47 por cien de los empleos estadounidenses estaban amenazados de desaparición por la aparición de las nuevas tecnologías informáticas (2).
A lo largo de la historia, cuando las fuerzas productivas se desarrollan, los cambios benefician a los trabajadores altamente calificados, que aumentan la productividad del capital. La plusvalía relativa sustituye a la absoluta.
Sin embargo, la masa salarial no aumenta en su conjunto, aunque los salarios de los trabajaodres cualificados son, naturalmente, superiores a los que realizaban un trabajo simple. Entre estos últimos, la tendencia es hacia una ligera reducción de los salarios.
La decoración y las profesiones creativas son una de las más afectadas por la inteligencia artificial, que es más productiva y menos costosa que el trabajo de un artista. No es arte, pero lo parecerá. Serán casi como estafas o plagios admitidos comúnmente.
(1) https://www.nber.org/papers/w31357
(2) https://www.oxfordmartin.ox.ac.uk/downloads/academic/The_Future_of_Employment.pdf
Pero lo curioso del análisis marxista es que mientras la masa de capital no precise un aumento cuantitativo de capital para recuperar la masa invertida, toda la tecnología que se vaya generando creará más productos y con ello más producción. Ahora la IA redundará en una elevada producción en aquellos sectores en los que, la tecnología actual, sea sensible para su aplicación. Sobretodo automoción, transporte, producciones industriales de rutinas; juegos y pasatiempos individuales y colectivos; en unos más que en otros, todos los sectores se verán afectados. Y a su vez, posibilitará la creación de nuevos productos y con ello nuevas industrias a partir de la ya existentes. La industria tecnológica ( es decir toda la investigación mundial) poco aprovechará de la IA comparada con la dimensión en la que se mueve. Sin embargo, es un paso de gigante para poder alcanzar un nuevo estadio de conocimiento y experiencia. La inteligencia de las fuerzas productivas, cada vez es mayor la masa de más obreros que se familiarizan con conocimientos complejos, aleatorios y otros rutinarios intermitentes. En cualquier caso sube el nivel de inteligencia técnica. Nuevas técnicas productivas abaratan procesos productivos y ponen al alcance de masas obreras excluidas tecnología y productos que hace tan solo una generación era impensable. La muerte del sistema capitalista está muy lejos, todavía, (creo) pero la conciencia de cambio de rumbo político cada día está más cerca con las nueva tecnologías. Simplemente porque estas limitan las posibilidades de la competencia capitalista.
Con la limitación de la competencia capitalista aumenta el problema social. Entonces se toma conciencia que la situación social se hallará en un cul de sac. Las fuerzas productivas crearán alternativas sociales inasumibles por los individuos capitalistas. El proceso habrá comenzado a colapsarse. Quizás tarde dos cientos años en reventar, pero